Capitulo 8: Encerrada

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Isobel bajo de su caballo suspirando, preparada para dar largas de nuevo al chico que la perseguía desde hacía ya casi dos años.

-¿Que haces aquí Adrian? -tiro de las riendas de su caballo, para que le siguiera.

-Necesitaba hablar contigo -el la miro con cierta tristeza -¿Por que no me lo dijiste?

-¿Decirte que? -ella frunció el ceño.

-Que era por el -el bajo la vista al suelo -Que me rechazas continuamente porque le quieres.

-¿Como dices? -Isobel lo miro sorprendida -No entiendo...

-Vas a casarte con Javrik MacClain -el hizo una mueca -Siempre escuche que había algo entre vosotros, pero como el no venia...

-¡Para! -Isobel alzo una mano, indicándole que parara de hablar -¿Quien ha dicho que me vaya a casar con ese...?

-¿No estáis prometidos? -el se quedo pensativo -El me dijo....

-¡¡Lo que me faltaba!! -y ella se giro y volvió a subirse a su caballo.

Cabalgo a toda prisa, demasiado quizás, pues la verdad es que el camino al castillo MacClain se le antojo demasiado corto. Había estado pensando todo lo que iba a gritarle. Y de repente se vio ante las puertas del castillo y ni siquiera recordaba exactamente las palabras que había vociferado su mente. Bajo del caballo y subió los escalones rápidamente, entro y se quedo parada ante las escaleras.

-Isobel -Ania la miro sonriente.

-¿Donde está tu hermano? -ella la miro respirando agitada.

-Supongo que preguntas por Javrik -y ella señalo la escalera -Te llevare a él.

Sin decir absolutamente nada, siguió a Ania por los pasillos de la planta de arriba hasta que ella se paro ante una puerta.

-Adelante -Ania señalo la puerta -Me encargare de que no os molesten. Puedes gritar, no hay nadie en casa salvo yo.

-¿Eh? ¿Gracias? -Isobel dudo unos minutos, miró la puerta, inspiró aire profundamente, su mano se situó en el pomo y cuadrando los hombros, abrió la puerta entrando -¡¿Como te atreviste a...?!

-¡Joder! -Javrik que estaba saliendo de la bañera, se agacho rápidamente, metiéndose de nuevo en el agua.

-¡Ahh! -Isobel se giro dándole la espalda -¡Estas desnudo!

-¡Estoy bañándome! -Javrik habló nervioso, encogido con las piernas pegadas al pecho y agarrado al borde de la bañera.

Todo quedo en silencio unos minutos. El en la bañera mirando la espalda de ella y ella mirando a la pared con el rostro sonrojado.

-¿Y a que me he atrevido esta vez? -el pregunto sin apartar la vista de ella.

-¡¿Le dijiste a Adrian...?! -si giro molesta -¡Ah! ¡Pero cúbrete! -llevo la mano a sus ojos cubriendo su rostro. -¡Ponte algo!

-¡Me estaba bañando! ¡En mi habitación! ¡Se supone que no ibas a entrar aquí y menos sin llamar! -el frunció el ceño -¡¿Quien es Adrian?!

-¡Le dijiste que soy tu prometida! -ella grito, con las manos cubriendo su rostro.

-Porque lo eres -el respondió tranquilamente.

-¡No lo soy! -ella apretó las manos en su rostro -¡No voy a casarme contigo! ¡Me voy! -se giro y aparto las manos de su rostro, con una mano temblorosa giro el picaporte.

-¿Que pasa? -Javrik frunció el ceño al ver que ella se tensaba. -¿Isobel?

-¡Ania! -ella grito, tirando de la puerta -¡Ania no tiene gracia! ¡Abre la puerta!

Los Hijos de Las Highlands.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora