CAPÍTULO 69

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Estoy frente a ti
y sueño con las cosas que hago
No hablo, tú no me conoces en absoluto
Por miedo a lo que puedas hacer
no digo nada, sólo te miro fijamente
y sueño
tropiezo contigo (1)


La verdad sea dicha
mi problema solucionado
Lo eres todo para mí, pero nunca lo sabrás
podrías ser cruel conmigo
mientras ponemos en peligro el modo en el que te veo
en el que te veo (2)

Las conversaciones
no me tumban en absoluto
sólo estoy dudando
de caer
y estoy esperando, odio a todo el mundo (3)

Muchas veces hay que parar, dejar lo nuestro de lado, aunque pronto vuelva a salir. Hay cosas peores que las que nos pasan. Hay gente viviendo verdaderas dificultades.

Hay que organizarnos y actuar

Pablo apareció corriendo.

- ¡Ay está! – exclamó Tomás

- Perdón, chicos – dijo el rubio mirando a todos y frenando en seco su mirada en Marizza–

- Bueno, vamos – propuso Pilar

- ¡Vamos! – exclamó el resto al unísono

Los chicos llamaron al timbre, Ramona les abrió la puerta y los preparó, aunque ellos llevaban más o menos una preparación de lo que iban a ver.

Pasaron dentro del salón y ahí estaba Guido sentado en el sillón viendo la televisión y extrañado con la visita.

Manuel y Mía fueron los primeros en dar un beso a Guido, ellos lo habían visto de despertar y Guido los recordaba.

- Hola Guido, ¿Cómo estás?

Guido miró a Mía y sonrió

- ¡Bien!

Después directo fueron Rocco, Vico y Feli. Las chicas algo más impactadas y Rocco aparentando normalidad y empatizando con la situación. Siguieron el resto de chicas, Pilar, Marizza y Lujan, y ya quedaban por saludar Pablo y Tomás. Estos dos algo más retraídos que el resto, no podían soportar ver esa imagen de su amigo.

- Café...- murmuró Pablo

Junto con Tomás se acercaron a darle la mano y un abrazo.

- Me dijeron que son mis amigos, no recuerdo –

- No te preocupes, ahora podremos empezar de nuevo- dijo Manuel entendiéndolo muy bien

Después del impacto todo se fue apaciguando, estaban todos más cómodos e incluso le contaban a Guido como era él en el colegio, rieron. Marizza estaba pendiente de Pablo, tenia la mirada triste y aunque su cabeza estaba hecha un lio le dolía verle sufrir.
(1.no digo nada, sólo te miro fijamente, y sueño Y tropiezo contigo)

El rubio se retiró un poco del resto y fue para la cocina a hablar con Ramona, Marizza lo miró y lo siguió.

- Lo miro y no lo puedo creer – le explicaba a la madre de Guido

- Tenemos que luchar por él, Pablo. No nos queda de otra –

Ramona era optimista, siempre lo fue. Y siempre estuvo cuando Pablo la necesitaba.

- Voy a llevarle algo de picar a los chicos

- Sos una gran mujer – le confesó el rubio admirando su actitud

Marizza estaba escuchando todo al otro lado de la puerta.

- No, no Pablo, no soy más que nadie. Soy una mamá que ama a su hijo. Todo el mundo tiene problemas, unos más graves que otros y Guido no está muerto, sigue con nosotros y hay que ser fuertes por él

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