CAPÍTULO 96

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(No existe un momento del día en que pueda apartarme de ti
el mundo parece distinto cuando no estás junto a mi (1)
No hay bella melodía en que no surjas tú
ni yo quiero escucharla si no la escuchas tú
Es que te has convertido en parte de mi alma
ya nada me consuela si no estás tú también
Más allá de tus labios, del sol y las estrellas
contigo en la distancia, amada mía, estoy (2))

Cuando hay amor la distancia y el tiempo no importa, lo que importa es cuanto estas dispuesto a soportar su ausencia para esperar su presencia.

Ese hombre alto, moreno engominado y de alargada nariz miraba a Pablo con una sonrisa de oreja a oreja. Aquel muchacho judío, asustadizo, ahora era un hombre hecho y derecho que con traje oscuro y maletín en mano miraba a Pablo desde la puerta mientras Pilar los observaba a los dos divertida de lo que el destino les había preparado. Después de tantos años, lo volvían a ver, a él, a ese chico tímido, introvertido, el novio de Luna, el que dejó todo por amor, ese en el que muchos se miraron después para seguir su ejemplo.

Pablo reaccionó y avanzó rápido a recibirlo.

- ¡No lo puedo creer, Nico!- dijo abrazándolo para después agarrarlo del hombro e invitándole a pasar del todo-

- Yo tampoco lo podía creer cuando lo he visto aparecer – intervino Pilar apoyada al marco de la puerta – ¡bueno contanos! ¿seguís en San Luis? ¿Cómo es que sos inspector? ¿Qué tal está Luna?

Pablo con gesto torcido miró a Pilar, Nico todavía no había podido decir ni una sola palabra y ella no paraba de preguntar

- Gracias Pilar...eh – dijo guiñándole el ojo

- Vale, ya me voy. Nico después nos tomamos un café y me cuentas que tal todo – dijo dándole un toquecito en el hombro

Nico sonrió.

Pilar miró a Pablo, él la estaba mirando con gesto cansado

- Que si, ya me voy Pablito, chau

Pablo se dio la vuelta y se fue para su sillón, se sentó y le ofreció el sillón de en frente a Nico.

- Hay cosas que no cambian – dijo Nico señalando a la puerta por donde había salido Pilar

El rubio sonrió

Nico tomó asiento dejando el maletín en el suelo a su derecha.

- Vos dirás, estoy muy sorprendido de verte

- Yo también Pablo. De verte a vos, de ver a Pilar...todavía no tuve tiempo de ver a nadie mas

- ¿Y cómo estás? Así que... inspector de policía

Nico sonrió

- y vos...periodista

Pablo rio. La verdad que si hace unos años les hubiesen desvelado lo que iba a ser de ellos ninguno hubiera acertado.

- veras Pablo, la patrulla de policía que estuvo en tu casa no tienen absolutamente nada, no existe robo en sí, no se llevaron nada...así que el caso se ha cerrado

- ¿Cómo cerrado?, pero es evidente que entró alguien, además intimidaron a una mujer mayor y a una nena de seis años

- si...y yo que te conozco creo en tu palabra, pero no hay indicios de nada. Lo único que pueden hacer es estar alerta por si vuelve a pasar algo, ¿tienen alarma?

Pablo se rascó la mejilla

- Creo que no, la casa es de mi cuñado

- entiendo...bueno, pero una casa tan grande debe de tener alarma, hablá con tu cuñado, ¿ok?

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