CAPÍTULO 44

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Éramos distintos, imposibles

y en futuro menos claro (1)

Entender bien lo que dices

me hace sentirme tan raro.

Empieza todo a hacerse triste,

a quedar del otro lado.(2)

Tu también lo prometiste

Fuimos dos equivocados,(3)

equivocados.

Y ahora este sitio está lleno

de noches sin arte

de abrazos vacíos

de mundos aparte

de hielo en los ojos

de miedo a encontrarse (4)

de huecos, de rotos, de ganas de odiarse

ya lo llevo sintiendo, me quedo sin aire

el cielo ha caído, se muere, se parte

Solo es un infierno sostenido.(5)

Solo es un esfuerzo relativo.

No quiero escucharte

no insistas prefiero esta vez encontrarte

inundando mis ojos esperando a que pase

a que caigamos otra vez.(6)

Y solo digo que

nunca quise hacerte daño

pero todo se nos fue

y aunque ahora somos como extraños

yo jamás te olvidaré(7)

Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando.

().

- No...por nada...porque me sorprendió mucho como maduraste, no tenés nada que ver con ese nenito del Elite

Marizza seguía con su mano sobre la cara de Pablo, hasta que éste le agarró la mano y se la retiró de su cara poco a poco.

Era doloroso sentirla y no tenerla (6. no insistas prefiero esta vez encontrarte

Inundando mis ojos esperando a que pase, a que caigamos otra vez)

- Pasaron seis años, no iba a ser un nene toda la vida, además crecimos juntos, y con todo lo que pasó te demostré que no era un inmaduro

Marizza sabía que tenía razón. Ella siempre fue la que buscó la complicación de la situación. Ella no quería asentarse, no quería dejar de ser rebelde. No estaba conforme con la comodidad, con lo fácil. El quinto año fue más tranquilo, pero cuando acabó el colegio lo rutinario podía con ella (1. Éramos distintos, imposibles y en futuro menos claro)

Lo primero que hicieron fue irse de vacaciones y después independizarse e irse a vivir juntos. Empezaron el año muy bien, aunque discutían por cosas básicas de la convivencia se adaptaron a las mil maravillas. Además profesionalmente la banda seguía funcionando aunque los cuatro sabían que no era un proyecto a largo plazo, pues ellos iban creciendo al igual que su público. Pero Pablo era feliz así, se conformaba con lo que tenía, y Marizza no, quería irse y probar cosas nuevas, aprender más de la música y hacer algo nuevo cada día.

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