MEMORIA TRAICIONERA

CAPÍTULO 12

(Si nada se queda ya a esperar, a esperar
Si nada despacio y a empezar, a empezar
Si nada se queda ya a esperar, a esperar
Si nada a solas con el mar
Y en la orilla desnuda las olas le tapan el cuerpo
Y la luna le cura la herida que calla en silencio).1.

(Dentro de su pecho se esconde mis ojos
Delante de mis ojos se marcha mi Amor
Muy dentro de mi pecho tu
Muy dentro de mi pecho yo).2.

(Yo, sin nada
Yo, despacio y a empezar, a empezar
Yo).3.

La traición es un puñal que te clavan por la espalda, es una herida que sangra y tarda en curarse. Al final solo quedan cicatrices que son las que permanecen recordándote esa traición cada día.

(1).Pablo se quedó pálido, no podía entender como Marizza le había clavado ese puñal por la espalda, esa voz, esa arma que estaba por matarlo seguía hablando:

- Me dijo que vivía con su hermano, estoy preocupado, por eso llamo, quedé en encontrarme con ella en el aeropuerto y todavía no apareció, tengo miedo de que le haya pasado algo, vos sos el hermano ¿no? -

Pablo no podía articular palabra ante lo evidente, estaba a punto de desplomarse.

Marizza por el contrario, ya se había enterado de lo que Sergio había hecho, éste se levantó de la silla, y se puso de pie frente a ella

- Ahora sí, trato hecho, no nos volveremos a ver Spirito – dijo Bustamante apoyando su mano en el cristal de la sala

Tras esto, Marizza se pretendía ir pero Sergio la frenó con la última advertencia.

- Espero que lo cumplas, tengo a gente fuera y me están vigilando a Pablito, una señal mía puede ser la perdición

Cuando Marizza llegó al apartamento vio a esa gente de la que hablaba Sergio, no lo sabían pero los vigilaban día y noche, pensó que manera seria la conveniente para hacerle llegar a Pablo la verdad, no la había, no tenía escapatoria, se quedó escondida detrás del taxi. No podía desistir. Tenía que ver a Pablo, tenía que explicarle y pasar a la casa a como diese lugar. El taxista harto de la chica le volvió a reclamar:

- Señorita, ¿otra vez acá? –

- ¡Cállate! ¿querés? Ya te dije que te voy a pagar todo, vuelvo enseguida

Cuando vio la oportunidad corrió hasta la puerta y logró entrar. Corría riesgo, pero como buena rebelde asumiría cualquier circunstancia, ella haría cualquier cosa por Pablo, incluso renunciar a él si fuese necesario, pero no podía dejar que Bustamante le ganara la batalla tan fácil, tenía que jugar sus cartas, tenía que intentarlo.

Una vez arriba, Marizza abrió la puerta con sus llaves, Pablo la estaba esperando lleno de rabia, ésta lo intentó calmar para explicarle todo antes de que él pudiese decir algo:

- Escúchame Pablo...- dijo acercándose a él intentando ponerle una mano en el hombro

Pablo agarró la mano de Marizza y la apretó fuete.

- ¡Eso me querías decir nena! ¡Qué tenías otro tipo! – dijo mientras seguía apretándole la mano

- ¡Pará! – gritó Marizza retirando su mano algo dolorida

- ¡Pará que!, sos...sos de lo peor, nunca imaginé que me harías esto, ¿por eso no querías que me fuera? ¿Por eso? ¡que querías tener uno allá y otro acá para cuando vinieras! ¡Eh!,...sos cualquiera-

Marizza lo frenó con una bofetada y éste se llevó la mano a la cara. Pablo estaba desatado, lleno de ira, era capaz de hacer cualquier cosa.

- Pablo, déjame hablar – dijo ella