CAPÍTULO 54

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(Siembra en tu camino, un nuevo destino
y el sol brillará (1)
Donde, las almas se unan en luz
la bondad y el amor
renacerán
Y el día que encontremos
ese sueño cambiarás
no habrá nadie que destruya
de tu alma la verdad (2)
Ten fé
es muy posible
si tú estás decidido

Si algo tienen los niños es su capacidad para soñar, para hacer lo que sienten en cada momento sin pensar consecuencias. Son los que alegran la vida. Los que piensan que todo es posible. Son los que interrumpen a los adultos con ideas disparatadas ¿Os imagináis un mundo sin niños? Yo no.

¡Feliz cumpleañoooooos!

Fue lo que gritaron todos cuando vieron a Pablo y Tomás entrando a la casa. Todos avanzaron a felicitar al cumpleañero, pero la primera fue Alejandra que lo saludó tan apasionada como siempre. Detrás fue el resto, Pilar saludó antes a su novio y luego a Pablo.

- ¿la pasaron bien? – preguntó Alejandra mirando a uno y luego a otro con curiosidad

- ¡Bárbaro! – exclamó Tomás – estuvo bueno

Después se acercó Roberto con Ada.

- Feliz cumpleaños cuñado – dijo dándole un caluroso abrazo

- Gracias

Cuando se retiró Roberto, Pablo bajó sus ojos. Una hermosura rubia con mirada azul cielo lo miraba con una sonrisa que podía derretir a cualquiera. A cualquiera menos a Bustamante, que miraba la escena desde el fondo de la habitación. Él sabía que era su nieta, sabía que era hija de Pablo, y nunca le mostró ni un ápice de cariño. Llevaba sangre Bustamante, pero era hija de una rebelde y nieta de una vedette y un hippie, por lo general la familia enemiga que le pudo siempre con armas que el desconocía, el amor, la fuerza interior, la unión...todo esto pudo con el todopoderoso Sergio Bustamante.

Tal vez si hubiese sido varón, las cosas habrían sido diferentes. Sergio era machista, menospreciaba al sexo femenino, a sus mujeres las tuvo siempre en segundo plano, un paso detrás de él, no las hacia valer, todo lo contrario. Ellas eran de su propiedad, Mora, Inés, y tantas otras que pasaron por su vida como si nada. Ada, era mujer y culpaba una y otra vez a Pablo porque ni eso pudo ofrecerle, un nieto varón, un sucesor que siguiera sus pasos.

- Feliz cumple

Pablo alzó en brazos a la niña.

- Gracias princesa

Un abrazo y un beso intenso que lo llenó de fuerza, después la bajó.

Y por último, se acercó Sergio que miró a la niña por el rabillo del ojo, cuando llegó a Pablo lo abrazó con brusquedad, con fuerza. Por un instante Pablo sintió calor familiar, protección, cariño. Fue solo un instante de ese abrazo en el que su padre le daba golpecitos en la espalda. Parecía un abrazo sincero, Sergio también llegó a sentir esa sensación al fin y al cabo era su hijo. Pero al separarse todo volvió a su ser.

- Feliz cumpleaños hijo

Pablo asentó con la cabeza. El momento lo había enmudecido.

Marizza, estaba en el camerino del bar, estaba preparándose para salir a cantar, allí estaba Lujan sentada en un sofá viendo como su amiga se terminaba de vestir contándole su día con Pablo.

- Ay Marizza... ¿hiciste bien en ir?

- Él estaba mal Luji...me lo contó Tomás, y yo le creí y se lo debía, y hoy sentí que de verdad me extraña, pero en realidad no sé cómo terminará todo esto

Marizza llevaba una mini falda y un top, pero se puso una chaqueta encima para no agarrar frío antes de salir a escena. Se sentó en una silla frente a su amiga y siguió hablando mientras se ponía las botas.

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