CAPÍTULO 9

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(Y en la luz desnuda vi

Diez mil personas, quizás más

Gente hablando sin conversar,

Gente oyendo sin escuchar,

Gente escribiendo canciones que las voces jamás compartirán)
y nadie osó molestar a los sonidos del silencio).1.


Pablo siguió dando vueltas sin llegar a decir nada y Tomás cansado de la historia le dio un consejo

- Pablo, ¡habla con Marizza de una vez!, después venís y contame ¿sí?

Tomás se fue alejándose de su amigo molesto de tantos rodeos y misterios.

Esa tarde Marizza entró al colegio y pasó derecha a la secretaria a saludar a Michi

- ¡Marizzita!, ¿Qué tal mi amor? –

Se saludaron

- Bien...-

- ¿Qué tal el taller, los chicos? –

- Por el momento bien, los chicos son divinos, muy buena onda

Michi extrañada un poco dijo:

- Mira vos...es un curso bravo ¿eh?, pegaron buena onda entonces

En ese momento entró un chico con Dunoff, Marizza lo observó nada más pasar

- ¡Siempre se la agarran con los mismos!... ¡¿Por qué a los chetos no les hacen nada?! –

- Señorito Santillán, pase a mi despacho, voy a llamar a su padre

- ¿No me diga?, no lo sabía...- contestó irónico el muchacho pasando al despacho de Dunoff a regañadientes

Dunoff pasó detrás mientras Marizza no tardó en sacarse la duda

- Este pibe está en el taller...Santillán, Santillán...- dijo repitiendo su apellido para recordar su nombre – Luca Santillán, si

- Si, Luquita...es un divino eh, un poco mandado pero es buen pibe –

Luca Santillán era uno de los alumnos de cuarto curso, el curso más problemático para Dunoff. Alto, moreno de ojos negros vivarachos, fuete y con pinta de duro, vestido de manera informal. Su aspecto alocado delataba el claro rebelde que habitaba en él. Tal vez, Marizza pudo verse reflejada en ese chico

Tras acabar el taller, Marizza pretendía salir del colegio y se encontró con Tomás y Pilar que también salían

- ¡Chicos! –

- ¡Ey Marizza!, ¿Cómo va el taller? – preguntó Pilar

- Bien...que se yo, me caen bien los pibes, pero también me acuerdo de todo lo que tenía en España y en algún momento tengo que volver y me va a dar mucha pena dejar a los chicos –

Tomás la miraba sin dejar de preguntarse si tal vez sería buena ocasión para hablarle de Pablo

- ¡Tommy!, ¿Qué te pasa?- preguntó Pilar a su novio notándolo algo colgado

- No...mi amor, anda vos para afuera, yo ahora te sigo que tengo que hablar de un temita con Marizza –

Pilar como buena periodista sabía perfectamente que tema iba a tratar con Marizza y aunque se moría de curiosidad prefirió retirarse y sacarle después la información a su chico.

- Bueno...no tardes, Marizza, nos vemos- dijo la hija de Dunoff despidiéndose de Marizza

Una vez solos Marizza se incomodó

- Dale, ¿Qué querés? –

Tomás se puso serio

- Bueno...sabés que te voy a hablar de Pablo –

Marizza reboleó los ojos como si el tema no fuese con ella

- Tienen que hablar, Marizza

- ¿De qué? -

- De lo que paso –

- ¿vos que sabés? Lo que pasó, ¡pasó! –

Marizza quería dar cuanto antes por zanjada la conversación.

- Mirá, yo no sé qué paso...pero tanto misterio ya me está empezando a preocupar...-

- Tomás, no te metas, eso paso hace mucho, seis años nada menos, no vamos a remover la mierda ¿no? –

- Bueno...está bien, pero son ustedes los que remueven la mierda como vos decís, si tan enterrado está para ustedes, ¡dejarlo clarito de una vez!

Tras escuchar esto, la rebelde se retiró del colegio sin decir nada más, y Pilar volvió a entrar.

- Contame, contame....

A la mañana siguiente, Pablo corría por su parque de todas las mañanas mientras alguien lo esperaba detrás de un árbol, cuando lo vio pasar lo llamó:

- Pablo-

Éste se frenó al reconocer la voz, se dio la vuelta y la miró sorprendido susurrando:

- Marizza –

- ¿Qué hacés?... ¿casualidad otra vez?-

- No, esta vez vine a hablar con vos- dijo Marizza sincera mientras Pablo la miraba asombrado

- Decime –

Él estaba sereno, mostrando tranquilidad

- Eh...bueno, es simple, vi a Tomás en el taller y quiso hablar conmigo

- ¿Tommy?-

Marizza asentó con la cabeza

- De lo que paso con nosotros ¿vos contaste algo? – preguntó ella sin rodeos

Pablo la miraba sin parar pero se intentó concentrar en la conversación

- No, yo cumplí y no dije nada, ¿vos?- preguntó él

- No, yo tampoco pero...-

- ¿Pero qué?-

- Nada...que ya está, Tomás está preocupado por vos, y a mí no me importa que digas lo que pasó con tal que me deje tranquila, asumo mi error ya está – dijo ella imponiendo su punto de vista

Pablo sonrió con ironía:

- Claro... ¿ahora querés que cuente lo que paso? Después de todo el tiempo que ha pasado de eso, ¿error dijiste?- preguntó incrédulo mientras negaba con la cabeza

- Hacé lo que quieras...tampoco hice nada malo, no cometí un crimen ni nada por el estilo, callamos todo esto para que vos no te sintieras mal y no te agobiaran con preguntas, pero ya está, hacé lo que quieras, el pacto se termina acá –

Fueron segundos de silencio, para ellos silencio interior, pues alrededor todo seguía su curso normal, voces de niños jugando en el parque, gente paseando, el ring de un hombre en una bicicleta, el agua de la fuente. Pero no escuchaban nada, solo su silencio. (1)

Tras esos segundos él pregunta:

- ¿y el nene? ¿Cómo está?, ¿Lo dejaste en España?

CONTINUARA...

"Sound of silence" de Simon And Garfunkel 

MEMORIA TRAICIONERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora