CAPÍTULO 60

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Aunque te abraces a la luna
aunque te acuestes con el sol.
No hay más estrellas que las que dejes brillar (1)
tendrá el cielo tu color
no estés solo en esta lluvia (2)
no te entregues por favor
Si debes ser fuerte en estos tiempos
para resistir la decepción (3)
y quedar abierto, mente y alma,
yo estoy con vos. (4)
Si te hace falta quien te trate con amor
si no tenés a quien brindar tú corazón (5)
si todo vuelve cuando más lo precisas (6)
nos veremos otra vez. (7)

Nos volvemos a ver pero ésta vez a corazón abierto. La sangre no importa, los sentimientos sí.

Sergio estaba en pijama y a punto de irse a dormir cuando escuchó los golpes en la puerta, abrió sabiendo perfectamente que era su hijo ya que le había informado la recepcionista del hotel, Pablo lo miró con odio, con dolor, y sin comprender porque siempre quiso llevar el mando de su vida. (1. Aunque te abraces a la luna, aunque te acuestes con el sol, no hay mas estrellas que las que dejes brillar)

- Hijo, ¡que sorpresa!, pasá

Pablo entró en la habitación observando con detenimiento el patético papel que llevaba haciendo su padre tanto tiempo frente a él.

Aunque tuvieron relación, Pablo siempre estuvo distante pero se relajó al fin y al cabo era su padre y tenia la esperanza de que la experiencia en la cárcel lo hubiera convertido en buena persona. Por él, quería creerlo, pero se volvió a equivocar

Ahora todo le cuadraba. Las fichas del rompecabezas iban encajando. Los silencios de Marizza, sus miedos, sus sí pero no...

- Sentate...- propuso Bustamante retirando la ropa de su cama

Pablo no lo hizo, sólo lo miraba a los ojos, severo, con dolor, también con rabia, con ansias de justicia.

¿Pero podría hacer justicia a estas alturas? ¿Quién le iba a devolver esos seis años?, los mejores en la vida de una persona, ¿Quién le iba a devolver a su hija? (sin que el supiera que estaba tan cerca de él)

- ¿Qué tal acabó el cumpleaños?

Nada. Silencio. Sergio no era tonto, ya se empezó a oler algo extraño en el silencio de su hijo

- ¿Qué pasó?

- Ya se todo – logró decir Pablo – todo

Sergio meditó ese "todo" de su hijo, ¿sabría en verdad toda la historia?

- ¿Qué todo? No entiendo, hijo

- ¡No me digas hijo!

A Sergio se le desencajó el rostro, parecía que la cosa iba a estallar en cualquier momento.

- A ver... ¿Qué sabés?-

- ¡Como si no lo supieras, miserable!

Pablo apretó los puños y se acercó con intención de pegarle pero Sergio fue más hábil y le agarró el puño apretándolo en su mano.

- Me hiciste creer que Marizza me había engañado, y era mentira ¡todo fue una mentira tuya!

Sergio hizo una mueca irónica. Incluso disfrutando.

- Ah mirá... si le crees a ella en vez de a tu padre...

Veloz Pablo le asestó un golpe en la cara que hizo sangrar a Sergio por la nariz, el rubio sacudió la mano.

- ¡Sos una lacra, una porquería!, ¡sos la mayor bosta que hay en el mundo! – gritaba el rubio desesperado mientras su padre se tocaba la nariz

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