CAPÍTULO 23

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(Y haré que el frio nunca encuentre tus abrazos y no llegue mi canción

Guarda ese miedo que lo vela todo y sólo se queda

Sólo se queda

Diciendo cosas que siempre suenan a triste

Cosas que suenan a olvidar

Todo ese ruido que el maldito invierno

Nunca se lleva). (1.)

Cuantos recuerdos lleva una canción. La distancia nos hace bien, pero una canción nos vuelve a unir, suenan la melodía de nuestro pasado y ella se acuerda de él y de todos, pero suena muy triste

En esos seis años la relación entre Pablo y su padre era distante pero normal y estable. Si estable, habéis oído bien, no cumplió el pacto que hizo con Marizza.

El viejo de Pablo fue a la boda de su hijo y conoció a su nuera, con la cual se llevaba a las mil maravillas, ella tenía todo lo que siempre quiso para su hijo, poder, posición, belleza...

Sergio Bustamante estuvo solo un año en Brasil, después se fue a Mendoza a vivir y a empezar una nueva vida sin variar mucho su estilo. El tiempo en la cárcel no le ayudó en absoluto para concienciarse, él tenía las ideas muy claras y ni su paso por la cárcel consiguió torcérselas.

Pablo sabía perfectamente como era su padre, eso no lo podía cambiar, pero por el bien de ambos, llevaron una relación padre-hijo a la distancia y las visitas eran formales Y cordiales, nunca hubo una discusión, al fin y al cabo era su padre y eso era algo que no podría cambiar jamás. Él ahora tenía una vida y era adulto y dejó de lado todo lo malo de su relación con su padre para empezar de cero, Aunque a Pablo le faltaba conocer cierto retoque que había hecho en el pasado para separarlo definitivamente de Marizza.

Con Mora también tenía relación aunque no tan frecuente, ya que la madre de Pablo residía en Londres, siempre fue independiente, pero el amor por su hijo nunca cambió. Alejandra también la conoció en su viaje con Pablo de luna de miel.

En resumidas cuentas, Sergio jamás cumplió el acuerdo con Marizza y a su hijo lo siguió visitando ya que con Alejandra tenía una magnifica relación, perfecta entre un suegro y una nuera.

- ¡Sergiooo! – exclamó ella saludándolo con un efusivo abrazo –

- ¿Cómo anda todo por acá? – preguntó él mientras ella conseguía abrir la puerta

- Bien...rebien, bueno subimos y te cuento – propuso ella

- Si por supuesto, vamos – accedió el

Suegro y nuera una vez acomodados dentro de la casa hablaron de todo un poco, del ascenso de Pablo, de la vida de Sergio en Mendoza y sus escasas visitas, y de lo bien que iba el matrimonio.

Sergio se alegró, se llenó de orgullo al saber que su hijo había podido dar con semejante mujer, pero había algo que no le hacía mucha gracia y que quería cambiar, era algo que tenía en la cabeza pero que jamás lo habló con su nuera. El hecho de que ella fuera la jefa de Pablo era algo que no lograba tolerar del todo, pero tiempo al tiempo.

El amor que sentía Alejandra por Pablo era tan grande que Sergio estaba seguro que su hijo tendría algún día el puesto que en ese momento ocupaba ella.

Alejandra también se guardó detalles privados, como la infidelidad de su marido, jamás se mostraría ante su suegro de esa forma. Los dos sabían muy bien como agradar al otro.

Después de una larga charla con Tomás, Pablo volvió a su casa y no esperaba encontrarse a su padre en el salón de su casa charlando amigablemente con su mujer.

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