CAPÍTULO 76

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Amanece tan pronto
y yo estoy tan solo
y no me arrepiento de lo de ayer. (1)

Si las estrellas te iluminan
y te sirven de guía
te sientes tan fuerte que piensas que nadie te puede tocar. (2)

Las distancias se hacen cortas,
pasan rápidas las horas
y este cuarto no para de menguar (3)
y tantas cosas por decir,
tanta charla por aquí
si fuera posible escapar de este lugar. (4)

Llorar por dentro duele más que llorar por fuera.

Los dos lloran.

Ella se mueve por desesperación...

El por dolor...

Tras la escalofriante charla de Roberto y Marizza, ésta le pidió un día más para contárselo a su familia, para preparar las cosas y mudarse definitivamente junto a él y su hija.

Daba por hecho que caería como una bomba de relojería la noticia, y no se equivocaba en absoluto.

Esa noche no pudo dormir, llegó a casa y se quedó sentada en el silencio de la noche en el sofá, se quitó las deportivas y subió sus piernas entrecruzándolas, así se quedó mirando al frente ante la oscuridad de esas cuatro paredes del salón del apartamento que compartía con Lujan. (3. y este cuarto no para de menguar)

En el salón de la mansión Venus, Pablo y Alejandra veían televisión, Ada se encontraba en un rincón jugando con una muñeca, seguía sin decir palabra y Pablo la observaba preocupado mientras se lo comentaba entre susurros a su esposa.

- Ya no es solo eso, Ale. ¿Viste lo mal que cenó?, apenas se llevó dos bocados a la boca...

- Mi amor, es una nena...no se... ¡cualquier pavada lo puede estar haciendo un mundo! No le pasa nada, estoy segura

- No se...yo creo que es más grave de lo que pensás. Ada no es así, está atormentada por algo...no se... ¡algo le ha tenido que pasar!

Se levantó y se dirigió hasta ella.

- Princesa...- susurró el rubio tocándole la cabecita

Ada ni lo miró y siguió peinando a su muñeca con la cabeza gacha

- ¿Por qué no me decís que te pasa, mi amor?

Ella lo miró y negó con la cabeza.

- Bueno, al menos decime si estas enojada conmigo

Volvió a alzar la cabeza y a negar con la cabeza cansada.

- Está bien...está bien, no insisto más, dale, te acompaño a dormir ¿sí?

Ella asentó con la cabeza y le dio la mano. Juntos subieron las escaleras dirección a los cuartos.

(1. Amanece tan pronto y yo estoy tan solo y no me arrepiento de lo de ayer) El día amenazaba nublado para Marizza, y no solo por el clima, desde temprano y antes de que Lujan se pusiera en marcha, llamó a Mía y Manuel para juntarlos en la casa de Sonia.

Roberto pensaba hacer lo mismo pero había alguien que tenía prioridad, Ada.

A la salida del colegio, decidió sentarse en una terraza para desayunar y comentarle las novedades, lo que no sabia Roberto es que Ada ya estaba enterada de algunas cosas.

- ¿Por qué no querés hablar?

Ella lo miró seria y sin mediar palabra.

- Bueno...está bien. Igual tenemos que hablar de un asuntito que vos muchas veces me has preguntado

La niña revoleó los ojos pensando.

- ¿te acordás que yo te dije un día que tu mamá y yo nos habíamos separado y que no la conocías porque ella viajaba todo el tiempo?

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