(No va a ser fácil ser yo mismo
Nunca lo fue
No va a ser fácil respirar
Un golpe se consigue al grito
No va a ser fácil regresar
Levantaré el vuelo
Vendrá de ti el consuelo).(1)
(He intentado tanto decirme a mí misma que te has ido
Pero creo que aun sigues estando conmigo
He estado sola todo el tiempo).(2)
Para solucionar los problemas muchas veces hay que cambiarnos el rol de la historia, ponernos en el lugar del otro para comprobar o intentar entender los sentimientos y el dolor del otro.
Todo no es perfecto, pero te va a ayudar.
Él siempre iba a ese lugar cuando se encontraba mal, era su refugio para pensar. Era una de las cosas que no se arrancó para olvidarse de Marizza, tal vez porque algo le decía que no se olvidara del todo de ella.
Ese lugar le daba paz. Claro que siempre que iba allí se acordaba de ese día.
Ese día en el que recibió el último maltrato de su padre, ese último día de cursar cuarto año, donde se reconcilió con la rebelde en aquella playa, sobre ese césped bajo esa sombrilla de madera.
Sonrió recordando como salía de la casa de su padre y ella le tiró piedrecitas para frenarlo. Después, Marizza le dio la mano y lo llevo hasta ese lugar, esa playa.
Le encantaba tumbarse sobre el césped húmedo y sentir el olor del mar y así cerrar los ojos escuchando el sonido de las olas.
Más de una vez recordaba el día de esa reconciliación, todos estaban en el colegio, en la fiesta de fin de año, y para ellos el mundo se paró en esa playa. Recordó con nostalgia cuando Marizza le dijo que le quería, que ella era la única que le partiría la cabeza, mientras él se preguntaba una y otra vez el misterio del amor, el misterio de querer a la que más le peleó.
El beso supo a gloria, interrumpido por el mensaje de Mora. Otro comprobante de lo que Marizza era capaz de hacer por él.
Y allí estaba Pablo esa mañana, recordando esos besos que se daban tumbados sobre el césped con el sonido de las olas y el olor del mar
Volvió a despertar y a darse cuenta de cómo cambió todo, de las cosas que vinieron después de ese día.(1)
Seis años después eran adultos no aquellos chiquillos de esa playa llenos de sueños y de ganas de vivir.
Mía sabía de ese lugar, y de la importancia que para Pablo tenia. Manuel iba conduciendo y no tenía ni idea del lugar al que se dirigían, solo seguía las indicaciones de Mía.
- Haceme caso mi amor, yo sé dónde puede estar Pablo –
- Pero estamos muy alejados, ¿estas segura que es por acá?
- ¡Segurísima! – exclamó la rubia con total convicción y sonriendo a su novio
Marizza, por el contrario, se estaba despidiendo de los chicos, no le gustaba mucho las despedidas, pero ellos se merecían que la rebelde les dijera un hasta pronto.
- Voy a volver...ya me conocen un poquito, voy de acá para allá, pero en cuanto vuelva me pasaré a saludarlos
Marizza estaba sentada en la mesa, frente a todos los chicos que la escuchaban con gran tristeza. En la primera fila, Luca y Brenda sentados juntos y enamorados. Ese fue otro objetivo que Marizza logró conseguir, sabía que era amor de verdad, y del que ella conoció.
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MEMORIA TRAICIONERA
FanfictionUna juventud feliz... Un pasado misterioso... Amor, dolor, desencuentros y encuentros Que no te traicionen, lo vivido queda en tu memoria Seis años después llega... MEMORIA TRAICIONERA