CAPÍTULO 104

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te has vuelto una razón para decir
que doy mi vida a cambio de tu amor
fue un beso infinito, un segundo contigo (1)
estoy perdiendo en ti mi corazón
te has vuelto una razón para sentir
que callas el vacío en mi interior
hoy tengo en mis manos
el alma rogando que sientas lo que estoy sintiendo yo (2)
escúchame, que el amor es como es
llega en silencio y descalzo
entiéndeme, yo no descansare
hasta tenerte a mi lado (3)
para enamorarte de mí,
yo seré quien tome en sus manos la luna y te la entregare (4)
para enamorarte de mí,
yo seré tu cómplice en cualquier locura y acompañare (5)
seré tu soldado, en tu cuerpo tu esclavo guardián del sabor de tu piel (6)
por siempre, mi amor, he jurado
que así te amare (7)

Roberto no tuvo otra opción y no podía montar un numerito en la casa de sus suegros, así que se fue enfadado junto al resto de invitados que abandonaban la casa.

Pablo se quedó más tranquilo al saber que Roberto se volvía con ellos a la mansión y dejaba a sus chicas dormir con calma y paz en la guarida de Sonia y Franco.

Al día siguiente. Pablo estaba con Guido que le contaba mas detalles de lo que su viejo había hecho

- Entonces ¿Sergio planeó todo?

- Si, Pablo, el sabia de la existencia de la beba. Lo que no se es que pretendía hacer con ella y tampoco se si sabe que Roberto se la quedó. Pero que lo planeó tu viejo eso es seguro

El no saber si Sergio sabía que Ada era su nieta era un dato que a Pablo le perturbaba bastante.

Después de pasar todo el día en casa de Sonia, Marizza y Ada Llegaron a la mansión a cenar.

- ¿Cómo estas mis chicas?- preguntó Roberto levantándose del sofá dejando el libro que estaba leyendo y avanzando rápido para agarrar a Ada que corría a sus brazos.

Pablo y Alejandra veían televisión en sillones diferentes, Pablo miró a Marizza mientras ésta cumplía con su papel.

- ¿Qué tal pasaron el domingo, mi amor?

- Bien...la pasamos rebien, ¿verdad?-preguntó Marizza a Ada

La niña asentó, le dio un beso en la mejilla a Roberto y éste la bajo de sus brazos.

- Andá a saludar a los tíos

Pablo la esperaba con los brazos estirados, la niña corrió y lo abrazó. Marizza miró la escena, en verdad la situación era difícil para ambos, pero el lugar de Pablo era mucho peor.

- ¿Qué tal princesa? Oye, ¿sabés que tiene Eugenia para después de cenar?

La niña hizo una mueca de no saber y alzó los hombros.

- Torta de chocolate- murmuró el rubio en el oído de la pequeña- se la ha hecho Eugenia a tu mamá por su cumpleaños

Ada sonrió a Pablo acariciándole la cara, al rubio se le iluminaban los ojos solo con mirarla.

Durante la cena todos miraban lo rápido que comió Ada. Roberto intervino:

- ¿Por qué tan apurada Ada?

La pequeña Ada sonrió a Pablo y éste le hizo un giño de complicidad.

- Me parece a mí que esta nena tiene el olfato muy desarrollado – dijo Eugenia saliendo de la cocina con una gran tarta de chocolate que ponía "Marizza"

Marizza se sorprendió al ver la tarta, se levantó de la silla

- Feliz cumpleaños señora - dijo Eugenia dejando la tarta en la mesa

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