CAPÍTULO 55

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"Entonces descubrí

Que el camino trae dolor

Mil veces me perdí

Y mil más me doble por vos..."

Era lo que entonaba Marizza desde el escenario del bar. Lujan estaba en la barra viéndola y tomando una cerveza entre la multitud de la gente. La rebelde segura, acompañada de un guitarrista, cantaba con garra y con mucha profesionalidad. A pesar de que era una noche fría de domingo el local estaba repleto.

"Sos una herida que sangra y duele,

Desarma y mueve,

Cambia de cara

Sos una ruta que no termina

Una espina dentro del alma..."

Las letras las escribía ella, con el tiempo perfeccionó en todo lo que se sentía más insegura. Solo tenía que dejar hablar a su corazón. Total la música para ella era eso, convertir emociones en canciones.

Lujan conocía las letras a la perfección y desde su lugar cantaba con ella. Lo de Marizza era vocacional, le venía de fabrica. Siempre tuvo muy claro que ese era su lugar, estar ahí arriba. El éxito le vino sólo, ella solo se dejaba llevar, pero siempre miró atrás para recordar quien era y de donde venía.

"Y ya no puedo alejarme

Y ya no puedo escapar

Pero solo me salva amar

Ya no puedo perder, no me queda nada..."

Lo que ella no se imaginaba era que ese día iba a tener un público especial. Se quedó paralizada al ver entrar a toda la familia Venus junto a Tomás y Pilar.

"Solo me salva amar

Si no puedo tenerte ya no hay mañana..."

Pablo se perdió en su mirada, olvidándose de todo, de todos, incluso de su mujer que miraba desesperada el número musical.

Marizza miraba a alguien más, Ada le hacía señas de ok, le aplaudía. La rebelde sabía que tenía invitados especiales y puso todo de su parte para que la actuación saliera perfecta.

"Entonces descubrí

Que lo malo tiene sabor

Mil veces me venciste

Y mil más supliqué por vos..."

Por él, mil veces suplicó por él mientras cantaba esa estrofa de canción. Ese rubio que no dejaba de mirarla sin pensar ni un instante en las consecuencias que pudiesen venir después.

Tomás le dio una palmadita en la espalda para que volviera a poner los pies sobre la tierra. Se ubicaron en una mesa, menos Ada que pasó a la primera fila a aplaudir con energía, no quería perderse nada de la actuación y también saludó a Lujan.

"Ya no puedo alejarme

Ya no puedo escapar

Pero solo me salva amar..."

Y así termino la canción, con aplausos, con una gran ovación por parte de la mayoría de los presentes.

Alejandra estaba incomodísima, no sabía dónde meterse, sentía que por primera vez en su vida le estaban arrebatando algo suyo. Pablo aplaudió al igual que Roberto, con ímpetu, con fuerza, era un pulso por quien aplaudía más fuerte.

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