MEMORIA TRAICIONERA

CAPÍTULO 8

(Medianoche,
no hay sonidos en el pavimento
¿Ha perdido la luna la memoria?
Sonríe solitaria). (1)

(Recuerdo,
Totalmente sola a la luz de la luna
Puedo sonreírle a los viejos días
Yo era hermosa entonces
Recuerdo
los tiempos en que sabía lo que la felicidad
era
Deja que el recuerdo viva otra vez). (2)

(Cada faro en la calle
parece anunciar
una advertencia fatalista
Alguien murmulla y la lámpara de la calle se apaga
Pronto amanecerá). (3)

Los dos de frente de nuevo, encontrándose en sus vidas cotidianas

- Marizza – dijo él impactado de verla

- Mira vos...- dijo ella sin entender ese encuentro

Las casualidades para Marizza eran difíciles de entender

- ¿Qué haces acá? – preguntó la hija de la vedette sin ningún reparo y con tono desafiante

Pablo se sonrió ante la evidente pregunta:

- Lo mismo que vos, vine a hacer ejercicio como todos los días-

Pablo todas las mañanas iba al mismo parque y ella desde que llegó a Buenos Aires era la primera vez que había decidido salir a correr justamente al mismo parque que su ex.

Tras segundos de silencio y miradas, él decidió apartarla y seguir su camino

- Bueno...que te vaya bien...- dijo fríamente mientras se alejaba corriendo

Marizza se quedó allí, en ese mismo sitio y segundos más tarde continuó su rumbo. Ahora separados cada uno alejándose del otro, pero tal vez con la misma sensación.

Esa misma tarde, Marizza entró al Elite Way entusiasmada con el taller de música, los chicos la recibieron en el aula en la cual también estaba Dunoff

- Bien...ella es Marizza, es la profesora del taller de música y canto del colegio

Marizza algo descolocada recorrió con su mirada toda la clase, con un sinfín de recuerdos.

- Hola chicos, estoy contenta de poder impartir este taller, nos vamos a re divertir...- explicó Marizza con soltura acostumbrada a hablar en público – y nada...espero que juntos disfrutemos de este mundo tan maravilloso que es la música –

De entrada Marizza se ganó a los chicos ya que éstos le prestaban bastante atención al igual que Dunoff, que le daba reparo dejarla sola porque se le venían a la cabeza todos los líos que armaba en sus tiempos de alumna

- Bueno, yo les dejo, disfruten del taller – dijo Dunoff mientras se iba retirando del aula

Por la noche y mientras Alejandra dormía, Pablo se levantó inquieto, sin poder dormir, miró a su mujer con una sonrisa, pues ella disfrutaba de su sueño tranquila, mientras él no paraba de dar vueltas.

Salió de su habitación y dio una vuelta por el amplio salón de su casa, necesitaba hablar con alguien, se sentía realmente mal. (1)

Marizza, sentía justamente lo mismo, era incomodidad. Ninguno quería pensar en el otro, pero no lo podían evitar.

Pablo estaba casado, estaba comprometido con una mujer que en verdad quería mucho y que jamás traicionaría, pero algo tenía en claro, el amor que sintió por Marizza estaba ahí, seguía ahí. A su mujer la podría querer con todas su fuerzas pero sabía diferenciar perfectamente una cosa de la otra. Había vivido muchos momentos con Alejandra pero ninguno lo podría explicar con tanta exactitud como el primer beso que le dio a Marizza, del cual recuerda cada detalle, inventado para "zafar" de Sergio y Sonia en la "sala de estar" del colegio y poniendo de excusa la banda, ¡ay la banda!, cuantas veces fue la intermediaria del amor que sentían ambos. (2)

Pero los dos tenían una espinita clavada con sus respectivos confidentes, Pablo dejó a Tomás cortado y sabía perfectamente que él no se iba a olvidar de esa charla en la cafetería de la revista, esa charla sobre algo que Pablo le iba a contar sobre Marizza. A su vez, ésta también quería quitarse de encima el "juramento" que hizo de no contar nada a nadie sobre su ruptura con Pablo, le pesaba demasiado.

Después de muchas vueltas la rebelde agarró el teléfono

- Luji...ya sé que es re tarde, pero me gustaría verte, ¿podría ir a tu depa? –

- Obvio, acá estoy – contestó Lujan de inmediato

Segundos más tarde y antes de que Marizza tocara la puerta, Lujan ya la tenía abierta al igual que sus brazos, las dos se fundieron en un fuerte abrazo.

Más tranquilas y ya dentro de la vivienda, Lujan escuchaba a Marizza sentadas en el sofá.

- Vos sos mi hermana luji-

Lujan la observaba temiendo que se pudiera arrepentir de la decisión que acababa de tomar - Yo a Pablo le juré no decir nada...pero...tampoco sé si él lo cumplió –

Antes de que siguiera hablando Lujan le agarró la mano:

- No es a mí a quien tendrías que haber llamado, yo te respeto y siempre voy a estar con vos, te banco en las que sean, lo sabes...pero tenés que hablar con Pablo –

- ¿Y qué le voy a decir?...después de tanto tiempo...-

Marizza resopló y continuó – ¿sabes porque tengo tantas ganas de contarte?...porque la culpa de todo lo que paso fue mía, el me dejó a mí por algo que yo hice

Lujan se sorprendió porque durante seis años ella no había tenido relación con Pablo y pensó lo peor de él, bueno, en realidad nunca le tuvo mucha simpatía. Nunca lo vio claro para su amiga, siempre lo vio rodeado de mujeres y para Lujan la gente no podía cambiar de un día para el otro, el que es un ladrón es un ladrón y el que es un mujeriego es un mujeriego.

Al día siguiente, Pablo iba andando por el parque hasta llegar a un banco donde lo esperaba Tomás

- Buen día – dijo saludando a su amigo

- ¿Estás seguro?- preguntó Tomás a Pablo refiriéndose a ese "buen día"

Pablo se sentó a su lado en el banco

- ¿Me llamaste por lo que hablamos de Marizza no? –

Pablo asentó con la cabeza

- ¿Por qué tuvo que volver?...o mejor dicho ¿Por qué la tuve que ver?, me siento un tarado Tommy...y ya estoy harto de pavadas, ¿sabes porque corté con Marizza? –

Tomás abrió mucho los ojos impaciente en que le diera la respuesta

- (3) Porque me mató...quedamos en no decir nada a nadie pero en realidad ese juramento fue por mí y no confío en que ella lo haya cumplido...-

- Pablo, ¿Qué fue lo que te hizo Marizza? –

Cuando recuerdas algo feliz tú cara se ilumina, sonríes y no puedes evitar sentir esa sensación que te hizo tan alegre, pero cuando tus recuerdos son tristes, el dolor se apodera de ti.

El recuerdo de lo vivido, sea malo o sea bueno, hace que los sentimientos vuelvan a ti como si el tiempo no hubiera avanzado.

CONTINUARA...

(1), (2), (3), "Memory" de Barbra Streisand (cats)