MEMORIA TRAICIONERA

CAPÍTULO 45

Construir en un espacio la alegría que anhelé, la conseguiré (1)

Dibujo todo con color y siento nanananana en mi corazón
Ya nadie más puede pasar...
Dibujo cosas sin dolor y siento nananana sin ton ni son
Qué bueno es.... sentirse bien (2)
y poder romper las rutinas que ciegan mi ser

Es bueno cambiar tú día a día. Levantarse y darse el lujo de que ese día va a ser más especial, que vamos a aparcar cualquier preocupación y nos vamos a dedicar a lo esencial en esta vida, a ser felices.

Llegó el día para Marizza, el más esperado desde hacía mucho tiempo. Estuvo muy nerviosa antes de la quedada, pidió día libre en el colegio y Dunoff se lo dio, además de que los chicos tenían exámenes y necesitaban horas para estudiar.

Ella estaba sola en su apartamento arreglándose frente al espejo. Iba a pasar todo un día con su hija y estaba como un flan. Un manojo de nervios recorría todo su cuerpo y una emoción muy profunda al recordar la ayuda que le había aportado Pablo.

Comprendía, aunque le dolía, su desconfianza, pero decidió que ese día iba a ser solo para ella y su hija, sin pensar en nadie, ni si quiera en Pablo.

Cuando terminó de arreglarse, fue hasta el salón y agarró su móvil que estaba sobre la mesa, tecleó hasta encontrar el número que estaba buscando y se arrimó el celular a la oreja a esperar que esa persona descolgara.

- ¡Marizza! – exclamó la voz femenina al otro lado de la línea

- Laura- nombró Marizza al verdadero nombre de Chenoa – me enteré que estas en Buenos Aires ¡y no me llamaste!

- te juro que iba a hacerlo de verdad, estuve liada con el show, al que por cierto no hace falta que diga que estas invitada

- De eso te quería hablar –

Marizza se sentó en el sofá y se echó hacia atrás acomodándose.

- Te quería pedir un favor

- Lo que quieras – se ofreció la cantante

- Si...veras...yo voy a ir a tu show con una nena, se llama Ada, y es re admiradora tuya

- ¿De verdad?

- Si, y te quería pedir que no se...que la conocieras después del show, estuvieras un ratito, le firmaras...para mí es muy importante es...

Marizza silenció unos segundos, respiró hondo y siguió

- Es la hija de un amigo mío, la quiero mucho y ella te admira tanto que...

- Claro que si Marizza, no lo dudes. Me encantará. Es más, llámame cuando lleguen al teatro, mi representante las pasará al camerino antes del show y estamos juntas, comemos y hablamos antes de que salga al escenario. ¿Qué te parece?

- ¡genial! Le va a encantar la sorpresa, ¡gracias!

- Nada mujer...para eso estamos, bueno...nos vemos ¿sí?

- Si, allá estaremos

- Tengo que ir a ensayar, te dejo guapa. Un beso gigante

- Otro para vos y gracias

Y llegó la tarde, Marizza fue a recoger a Ada al colegio un poquito antes de que finalizara la jornada, ya que había quedado con Chenoa en encontrarse antes del show, pero no hubo problemas. Pablo ya le había dejado todo solucionado para que no tuviera inconvenientes en que la niña saliera antes. Marizza la llevó de la mano hasta el estacionamiento donde había dejado el coche, la subió en la parte de atrás y le puso el cinturón de seguridad. Después ella se sentó en el asiento del conductor, se puso también el cinturón de seguridad y cerró la puerta. Tras esto arrancó el coche