MEMORIA TRAICIONERA

CAPÍTULO 13

(La Amistad Es Algo Que Atraviesa El Alma,
Es Un Sentimiento Que No Se Te Va.
No Te Digo Cómo, Pero Ocurre Justo
Cuando Dos Personas Van Volando Juntos.
Suben A Lo Alto Sobre La Otra Gente,
Como Dando Un Salto En La Inmensidad.
Y No Habrá Distancia No La Habrá
Ni Desconfianza, Si Te Quedas En Mi Corazón,
Ya Siempre.).1.

El que calla otorga, una imagen vale más que mil palabras, son dos cosas que se suelen decir, son palabras...

Los hechos son más importantes que cualquier cosa que digamos. Un abrazo, un golpecito en el hombro, muchas veces demuestra más que un párrafo de veinte líneas, porque las palabras se las lleva el viento y los hechos se quedan para toda la vida.

Lujan y Tomás, cada uno por separado escuchaban con atención la tremenda historia que Marizza y Pablo respectivamente les contaban a sus amigos.

Lujan, en su apartamento caminaba de un lado para otro no dando crédito a lo que sus oídos escuchaban.

- ¡No lo puedo creer!. es que ¡no lo puedo creer, Marizza! –

Marizza observaba la reacción de su amiga sentada en el sillón con tranquilidad, aliviada tal vez de haber terminado con el silencio. Lujan seguía incrédula:

- No te reconozco, ¿Por qué ocultaste una cosa así?...vos no sos de las que se callan, ¿a tu mamá? ¿A mí? –

- Yo tampoco entiendo cómo me banqué tanto tiempo, me quise venir y blanquear todo pero Rober me convenció para que...

- ¡Si ya se! – dijo cortando Lujan – pero ese pibe es una basura, ¡te comió la cabeza! – exclamó Linares con enojo

Marizza agachó la cabeza con dolor pero incluso entendiendo a su amiga, ésta se acercó y se sentó a su lado

- A ver...seguí –

- No hay mucho más....Cuando me dijeron que la niña se había muerto, me quería matar, enloquecí, me trataron médicos de todo tipo, no me acuerdo, tenía mucho odio, me costó mucho salir adelante. Pasé meses en tratamiento –

- ¿Y nunca sospechamos nada?- se preguntó Lujan - cuando hablábamos por teléfono todo parecía bien –

Marizza asentó con la cabeza

- Cuando estuve un poco mejor, me volví a Buenos Aires sin decir nada, quería darle las gracias a Pablo, pues ya tenía lo que quería, que la beba no existiera, lo odiaba, odiaba esa carta que me mandó, él quería que abortara ¿entendés? –

- ¿Y le llegaste a decir? – preguntó Lujan

- No...cuando llegue fui al depa que tenía con Pablo, pero allá ya no vivía, me lo dijo un vecino. Fui hasta lo de Mora, y lo vi

- ¿Y hablaste con él?

- No, él no me vio, lo vi salir de la casa despidiéndose de su mamá y yéndose muy contento con una chica rubia. Estaba feliz, mi odio ya no tenía sentido, ¿Qué le podía hacer yo?

- Y si, para ese tiempo seguro ya estaba con Alejandra Venus, por lo menos de novios, aunque todavía no estaban casados – dijo Lujan recordando

- Tenía mucho odio por ese mensaje pero ya no me merecía la pena, lo mejor para mí era pensar que él también se había muerto, como mi hija – dijo Marizza volviendo a recordar a la niña.

Lujan todavía choqueada, se le hacía un nudo en la garganta al oír a su amiga hablar de su hija y de todo lo que pasó sola

- Después...fui a hacerles una visita a ustedes -