CAPÍTULO 59

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(Agazapado espero como una rata
bajo las piedras escondido (1)
porque a la vida era lo único que le da
sentido

Acostumbrado a escapar de la realidad
perdí el sentido del camino (2)
y envejecí cien años más de tanto andar
perdido

Y me busco en la memoria el rincón donde perdí la razón (3)
y la encuentro donde se me perdió cuando dijiste que no

Sin ser me vuelvo duro como una roca (4)
si no puedo acercarme ni oír
los versos que me dicta esa boca
y ahora que ya no hay nada ni dar
la parte de dar que a mi me toca
por eso no e dejado de andar (5)

Buscando mi destino (6)
viviendo en diferido sin ser
ni oír
ni dar
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo
y así sintonizar)

Pablo acomodado sentado sobre ese césped y mirando ese mar, azul como sus ojos, escuchaba atento el relato de la curiosa visita de Marizza a la cárcel. Ésta caminaba a su alrededor, sacando, ¡por fin! todo lo que se guardó tantos años.

- El día que nos separamos...que yo me quería ir a España a formarme, a estudiar...

Marizza miró al horizonte. Si pudiese volver el tiempo atrás no se iría a perseguir nada a España, se hubiera quedado junto a Pablo, se hubieran dedicado a la música de igual manera. ¿Por qué tenía que ser tan cabezona?, Cuantas veces había oído, aunque no escuchado, los consejos de Pablo, de Sonia, de Mía diciéndole – "¡Marizza, no podes ser tan mandada, te vas a dar la cabeza contra la pared"-. En esos días en los que estaba tan entusiasmada con su beca a España, con su futuro, sin pensar en nadie... ¿y los sentimientos? ¿Cómo pudo olvidarse de eso? era tarde para arrepentirse, ya el destino se encargó de castigarla bastante.

- Recibí un llamado de tu viejo desde la cárcel...

Pablo la miró extrañado, pero evitó preguntar para no interrumpirla, aunque ella le contestó igual a la pregunta que se podría estar haciendo Pablo

- Si, tenía celular...pero eso no importa, me dijo que estaban tramitando su libertad y que quería verme, yo preferí no decirte nada. Y me mandé, una vez mas me mandé. Me re impactó verlo, estaba muy cambiado, como si hubiese envejecido de repente...

Marizza siguió caminando a su alrededor, Pablo estaba algo molesto con la primera parte de la historia y no era capaz de dejar de mirar al mar.

Ella siempre se jugaba sola y eso era algo que le molestaba bastante.

- Era un hecho que le iban a dar la libertad, tenía billetes para irse a Brasil, y me propuso un acuerdo. Sabía todo de vos, te siguió los pasos desde la cárcel con gente que tenía contratada fuera. Y estaba dispuesto a vengarse, yo en ese momento te juro que solo pensaba en que te dejara tranquilo, ya que por fin te habías librado de él, ya que cumpliste los dieciocho...

Pablo conteniendo su rabia, logró mirarla a los ojos

- Siempre decidieron por mi a mis espaldas

Marizza lo miró culpable, sabiendo del sufrimiento de su amado rubio y sin poder evitarlo. Precisamente quería explicarle que ese era su fin hace seis años, evitarle dolor.

- estaba dispuesta a cualquier cosa porque tu viejo no te jodiera más la vida, incluso dejarte...

El rubio alzó la mirada y ella lo miró con más dolor que nunca.

- Ese era el acuerdo, que los dos nos alejáramos de vos. Para tu viejo yo te hacia mal, y para mí, tu viejo era el que te hacia mal.

Pablo agachó la cabeza negando, no sabía si tendría fuerza para seguir escuchando, pero quedaba más. (1.Agazapado espero como una rata, bajo las piedras escondido)

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