CAPÍTULO 124

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Escondimos las heridas, ya lo sabes

No encontramos las respuestas ni el porqué

Me pusiste la luna en las manos

Te gané sin temblar de un asalto

Nos rompimos el alma en pedazos

Me reclaman los daños si no estás aquí

Los disparos se escucharon por todo el desguace pero Rober permanecía en la misma posición y en perfectas condiciones. Mejía se miró la pistola, ¿Qué había ocurrido?

- ¿Por qué no estas muerto?

Mejía no entendía nada, tiró la pistola al suelo y Rober lo miró con pánico

- Intentaste matarme

- Como vos a mi hijo de puta, ¿pero por qué seguís vivo?

Detrás de unos coches, salió Nico con varios agentes de policía detrás

- Porque son balas de fogueo, Mejía –

Algunos agarraron a Mejía y otros a Roberto.

- Ha intentado matarme, ¿lo has visto?-

- Si, lo he visto, y también he oído vuestra confesión. El intentó matarte igual que vos a él- Roberto agachó la cabeza resignado mientras los policías le amarraban unas esposas- Quedas detenido Roberto Venus, por intento de asesinato y secuestro. Y vos también Mejía- dijo mientras otros de sus compañeros hacían lo mismo con Mejía que miraba aturdido a Nico- por secuestro de una menor y obstrucción a la justicia

- No quiero ir a la cárcel- murmuró en un hilo de voz

Ambos frente a frente y esposados se miraron. Ahora si lo tenían claro, era el fin.

- Llévenselo- ordenó Nico a sus compañeros para que lo metieran en uno de los coches

Nico y el resto avanzó con Mejía hasta otro de los coches, antes de meterse dentro Mejía se volteó y miró a Nico

- ¿Desde cuando sabias que te mentía?

- Desde hace un tiempo, yo me puse a investigar tu desaparición con tu secretario y con un amigo tuyo enfermero que estaban muy preocupados, pero de golpe un día, ese tal Ramiro estaba mas tranquilo que nunca

- Ramiro no tiene nada que ver

- Si, tiene que ver, ha sido tu cómplice. Él te facilitó el coche con la documentación trucha y la pistola cargada

- La casa de campo era de...

- De una compañera de la secreta, teníamos intervenido el teléfono por eso sabíamos cuando haríais la entrega de la plata y por eso pudimos cambiar las balas por otras de fogueo

Mejía, derrotado lo miró de arriba abajo asentando, evidentemente lo había subestimado

- Me hiciste buena cama, Nicolás

- Lo siento, hago mi trabajo – tras esto dio una orden con la cabeza y sus compañeros metieron a Mejía dentro del coche

Nico fue a casa de los Venus. Había citado a Marizza y Pablo para contarles las novedades.

Ambos lo recibieron, Marizza y Pablo tomaron asiento en el sofá y Nico les explicaba lo ocurrido desde un sillón frente a ellos

- Esta tarde hemos detenido a Roberto

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