MEMORIA TRAICIONERA

CAPÍTULO 95

He muerto y he resucitado.
Con mis cenizas un árbol he plantado,
su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado. (1)
He roto todos mis poemas,
los de tristezas y de penas, (2)
lo he pensado y hoy sin dudar vuelvo a tu lado. (3)
Ayúdame y te habré ayudado, (4)
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado. (5)
Ya no persigo sueños rotos,
los he cosido con el hilo de tus ojos, (6)
y te he cantado al son de acordes aún no inventados.

A veces sólo tienes que dejar de preocuparte, pensando y dudando. Ten fé en que las cosas saldrán bien, tal vez no como lo habías planeado, pero sólo es la forma que están destinadas a ser.

La alarma sonó a las 07:30 am, que rápidas habían pasado esas tres horas y media. Pablo se despertó y estiró el brazo para agarrar el móvil, Marizza seguía dormida sobre su pecho, paró la alarma y acomodó a Marizza dejando su cabeza apoyada en la almohada, ella con los ojos cerrados sintió como su rubio la besaba en los labios, ella abrió los ojos y esbozó una enorme sonrisa al tener su cara frente a ella. (5) que hoy he soñado en otra vida, en otro mundo, pero a tu lado

- seguí durmiendo ¿sí?- dijo con voz suave

Ella le clavó la mirada en sus ojos aguamarina.

- buen día

Él sonrió y ella le agarró la cara atrayéndolo para besarlo nuevamente disfrutando de sus labios, de su barba de tres días y su respiración sabiendo que a la vuelta deberían ser prudentes y ocultar sus sentimientos.

Él se separó unos centímetros de su boca y susurró:

- Así seguro son buenos días

- Dale, te acompaño al auto

El asentó mirándola ensimismado y comenzó a retirarle el pelo de la frente

- Esta vez va a ir todo bien

(6)Ya no persigo sueños rotos, los he cosido con el hilo de tus ojos

Pablo con la misma ropa del día anterior, entró despacito en la habitación de Ada, mientras Marizza con el pelo alborotado y con su cuerpo reliado en una sábana lo miraba desde la puerta.

Ada estaba profundamente dormida, boca abajo, su pelo rubio le cubría la cara, Pablo se acercó hasta ella y susurró

- Mi nena...

Con algún que otro bostezo Marizza miraba desde la puerta como Pablo retiraba a la pequeña esos finos mechones de la cara sonriendo con emoción. (3) lo he pensado y hoy sin dudar vuelvo a tu lado

Le dio un tierno beso en la mejilla, Marizza hizo una mueca enternecida y Pablo volvió hasta la puerta con emoción en su mirada.

- Dale vamos- dijo ella tocándole los hombros y haciendo una leve presión detrás de él saliendo del cuarto

Una vez en el coche, Pablo apoyado en la puerta de conductor sujetaba a Marizza por la cintura mientras ella se agarraba los bordes de la sábana que rodeaba su cuerpo, besándose largos segundos intentaban decirse un hasta pronto.

- No me voy nada así...- murmuró él entre beso y beso

Ella le tocó los labios con los dos primeros dedos de su mano derecha mientras con la izquierda se sujetaba la sábana

- Si, tenés razón. Además se puede despertar Ada y vernos así...y José debe estar a punto de llegar

El la observó unos segundos con los ojos iluminados, sonrió y le acomodó algunos mechones de su pelo despeinado, después sujetó los bordes de la sabana que sujetaba Marizza