CAPÍTULO 112

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Y sobraron los cuatro disparos

Que con tanto descaro nos dio el corazón

Y sobraron los veinte puñales

Y es que a veces la vida no atiende a razón

Y entre sobras y sobras me faltas

Y me faltan las sobras que tenía tu amor

Y sobraron las quinientas veces que dijimos que no

- ¿Qué me está jodiendo?, yo con usted no voy a ningún lado- dijo Bustamante con enojo levantándose hacia Nico- hijo, este es tu compañero del colegio...

- Si, es Nico, Nicolás Provenza- dijo Pablo levantándose

- ¿Qué le pasa conmigo? ¿Qué manera de irrumpir es esta!?, hijo llama a la policía

- Señor Bustamante, yo soy policía, y le repito que está detenido

El compañero de Nico sacó unas esposas y Bustamante miró a su hijo aterrorizado

- ¡Pablo!-suplicó Bustamante mientras Nico lo agarraba del brazo- ¡soltame!

Bustamante se giró para mirar a Pablo por ultima vez

- Hijo por favor, no me hagas esto, no me dejes salir así, hablemos 

Pablo miró los ojos de suplica de su padre, era una situación dolorosa para el, miró a Nico y dijo:

- Está bien, déjenlo despedirse

- ¿Estas seguro, Pablo?

- Si, Nico. Andá

Nico y su compañero salieron del despacho, el resto de la redacción estaba nerviosa e inquieta sabiendo que algo se cocía en el despacho del director de contenidos. Pilar se apresuró a hablar con Nico cuando lo vio salir.

- ¿Que pasó, Nico?, ¿a quien se llevan?

- A Sergio, lo hemos detenido

- ¿En serio?- preguntó ella llena de curiosidad

Sergio daba vueltas por todo el despacho mientras Pablo veía apoyado en su mesa el nerviosismo y la derrota de su viejo.

- Ya está papá, se terminó todo. Tenés que pagar por lo que hiciste. Por lo que le hiciste a Guido, a Marizza, a mi...a mi hija

- ¿Lo sabes?-preguntó parando la caminata sorprendido

- obvio que lo se, se la quisiste sacar a su madre en España con la ayuda de Roberto. se todo papá, ya está, se terminó. Iras a la cárcel y esta vez para siempre

Al ex intendente no le quedaba más escapatoria, se dirigió a su chaqueta y agarró un botecito que tenia en uno de los bolsillos de dentro

- No, hijo, yo no voy a ir al a cárcel. Se terminó todo si, pero al a cárcel no voy a ir

Pablo frunció el ceño y el empezó a desparramar el liquido del bote por todo el despacho, después agarró las llaves de la mesa y cerró la puerta

- ¿Qué haces?- preguntó Pablo aterrado intentando salir

Sergio se puso por delante y de su bolsillo agarró un mechero, lo prendió y mirándolo a través de la llama dijo

- Es el fin

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