⟳| Día 33 Aunque intentes olvidar.

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| Día 02

A mediodía el cielo se nubló estrepitosamente, opuesto al día anterior donde se desfiló un sol de infierno hasta el primer anochecer cálido del año. El cielo grisáceo marcó el obvio estado de ánimo que acompañaba a Shouto desde el final de enero.

Se sentía adolorido sin tener heridas —las que se había hecho peleando con Katsuki habían sanado— era la clase de dolor que te martirizaba el pecho al grado de provocarte una arritmia, su dolor físico era causado por su inestabilidad emocional con los repentinos ataques depresivos que lo acompañaban.

A veces se le venían memorias a la cabeza como la de su primera cita con Katsuki y no hablaba de aquella en donde discretamente sacaron a Yaoyorozu de su casa; no de esa donde se quedaron despiertos conversando hasta el amanecer.

Sino de esa primera cena que Katsuki preparó especialmente para él con palabras que no olvidaría incluso sí llegara el fin del mundo: ❝En lugar de llevarte a un restaurante donde te servirán cualquier platillo de nombre exótico te daré algo que te gusta con mi sello personal.

Le cocinó soba de forma magistral al grado que cuando Shouto terminó de comer era una cascada, con su boca salivando pidiendo con unos ojos brillantes más. Katsuki no le negó nada, fue la primera vez que sin ningún toque el cenizo logró satisfacerlo de forma especial llenando su pancita con algo más que una verga —aunque esa también lo dejaba con ganas de más—.

Como en aquel día en casa de Yaoyorozu se concentraron en conocerse, en entablar sus metas y donde Katsuki le habló de su fascinación por el mundo y de cuánto le gustaba salir de la zona de confort a cualquier sitio donde hubiese primicias; era extravagante, volátil y altivo. Lleno de curiosidad por el mundo y su historia.

En su momento al estar tan enculado con Katsuki no encontró el fallo y es que aquella persona ya hacía estragos dentro de la vida del cenizo con llamadas de ofertas de trabajo. Por ende, viajes donde Katsuki desaparecía de dos semanas hasta dos meses justo antes de comenzar a salir.

Debió alejarse cuando pudo, pero lo esperó siempre lo hizo, en ocasiones lo acompañó pudiendo manejar asuntos de la empresa con sus hermanos por línea, pero terminando inmensamente agotado al final. La rutina de viajar era muy pesada y estresante para él pues el horario de Japón no se adecuaba a cualquier sitio del mundo sobre todo el occidente, casi no dormía cuando viajaba con Katsuki.

Pero hacía el sacrificio de aguantar si con ello Katsuki compartía con él un momento a solas para los dos, jugando en campos de flores, caminando por las grandes avenidas de la gran manzana, durmiendo a la intemperie en el desierto de Sahara tomándose fotos en el arco del triunfo en parís.

Donde sea, por Katsuki él se esforzaba. Por eso, verlo con alguien más en las oficinas de su trabajo le revolvió el estómago, se le hizo un nudo en la garganta y el regalo que llevaba consigo para Katsuki por su gran faena en la revista se fue de sus manos directo al suelo. Lo recogió enseguida depositándolo de nueva cuenta en su bolso de pantalón volviendo a su trabajo con unas grandes ojeras por su último viaje con Katsuki a finales de septiembre del año pasado. 

No volvió a ir con él, la tercera vez que los encontró juntos Katsuki hizo trizas su corazón. Katsuki viajó solo en noviembre, pero regresó acompañado. Luego en diciembre quiso seguirle viendo la cara con legalidad al pedirle matrimonio frente a sus amigos. 

Shouto tuvo la suficiente dignidad para responderle como debía: ❝No quiero casarme contigo.

Lo que sucedió después fue la gota que derramó el vaso, Katsuki exigiendo explicaciones cuando bien las conocía, él quedando como un villano al reaccionar de forma agresiva al estrellar una copa sobre la mesa con el remate de Katsuki al arrojar su anillo al lago.

Shouto se acomodó en la cama de su habitación con un suspiro ahogado por la almohada, quejándose de que aquel era uno de esos días donde más basureado se sentía.

—Quiero dormir. —Murmuró en un intento en vano de olvidar lo que vivió con Katsuki.

 —Murmuró en un intento en vano de olvidar lo que vivió con Katsuki

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33| Aunque intentes olvidar.

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