⟳| Día 103 Conversaciones II

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⟳| Día 13

Su ritmo cardíaco era un festival brasileño dentro de su cuerpo, estaba inmensamente agitado como si se hubiera echado un maratón de samba por toda la madrugada con los pies hinchados de tanto moverse, no podía con su órgano vital bombeando sangre a ese vertiginoso ritmo.

No pudo controlarlo hasta que la puerta principal se abrió, así como lo hizo dos semanas atrás, abrazó con fuerzas su bolsa ecológica con sus venas haciendo aparición sobre sus tonificados antebrazos la usó como el escudo que no era y no debía ser al llevar víveres para protegerse del feroz dragón que seguramente desde su cueva se preparaba para el ataque.

Cerró los párpados, listo para el puñetazo que sabía se merecía por haber dudado de su mejor amigo tenía las palabras en la lengua cuando su camisa fue tomada por una diestra que lo arrastró dentro, sin oportunidad de hablar se le fue arrebatada su bolsa para ser dejada en la encimera; su protección se había ido.

—Katsuki… —Murmuró con la vergüenza en la palabra.

Shhh… —Escuchó con sus orbes abriéndose levemente, sorpresivamente era Shouto quien lo arrastraba a su habitación— Katsuki se está bañando y no escucha porque tiene la música alta.

—Ajá… —Con su brazo siendo retenido por el heterocromático no le quedó de otra más que seguirlo.

—Tenemos que hablar. —Señaló priorizando la visita del pelirrojo por encima de los víveres que Katsuki pondría un grito en el cielo al no haber sido acomodados de inmediato.

—¿De qué? —Balbuceó siendo arrogado a la cama, su trasero rebotó en el colchón de agua de la King size lo que lo hizo considerar la idea de obtener una para sí— me disculparás Todoroki, pero tengo que disculparme con Katsuki.

—¿Por qué te disculparías? ¿Qué te dijo? —Cuestionó Shouto interesado en las respuestas del oji-carmín, Kirishima suspiró dejando sus manos sobre la manta acariciando la tela hasta formar figuras etéreas.

—Lo obvio, nunca te engañó ni lo haría. —Expresó con hastío leve molestia por tener que aclararle algo que como su en ese entonces pareja debió renegar.

—No lo hizo…

—No. No lo hizo. —Repitió con la expresión de Shouto sumamente dividida entre las palabras y lo que vio él mismo, Eijirou le invitó a sentarse a su lado Shouto cayó ahí segundos después— ¿Qué es lo que te hace dudar de su palabra? Dime tu versión.

—Lo vi Kirishima, se estaban besando, no estaba cegado por los celos yo iba muy ilusionado a entregarle un regalo que aun guardo en mi buró, vi como sostenía la cara de Katsuki entre sus manos… sé qué clase de beso fue y de amistad ni inocente era. —Aclaró con sus ojos perdiéndose en el vacío de su alcoba—. Sí él lo niega no sé qué creer, Kirishima, quiero confiar en Katsuki, pero ponte en mi lugar ¿qué creerías tú si lo vieras tan claramente como yo?

—Honestamente creería que me engañó.

—¿Ves?

—Y se lo reclamaría, lo confrontaría porque no me merezco esto. —Anunció directamente a los orbes duales—. Él me dijo que no lo hizo, quizás eso pasó como un juego o broma no tenemos idea si no lo hablas con él, eres tú QUIEN debería confrontarlo porque no lo has engañado, porque tus sentimientos son genuinos. Hazlo, es por ambos.

—Quiero hacerlo antes de que se vaya… —Confesó con sus manos entrelazadas sobre sus piernas, sus falanges jugando entre ellos.

—¿Regresarán? —Shouto negó.

—No creo, hay muchas otras cosas que nos separan estábamos yendo muy rápido. —Comentó con tristeza—. Lo quiero como sé no voy a querer a nadie, pero no quiero ser el motivo por el cual renuncie a su pasión quiero que sea feliz, conmigo no lo conseguirá.

Kirishima sin respuestas a aquello prefirió el silencio hasta que Katsuki hizo un alboroto por las cosas desacomodas en la cocina Kirishima tuvo que hacerle frente con una sonrisa apenada mientras Shouto se quedaba en su cuarto.

El cenizo con su expresión suavizada hizo un mohín de resignación porque ese idiota pese a todo era su mejor amigo, Eijirou le dio una disculpa implícita, sin palabras solo el gesto de cachorro que sabía siempre funcionaba con el oji-rubí.

—Eres un idiota. —Farfulló guardando las cosas, el pelirrojo soltó una carcajada.

—Lo sé… —Balbuceó acercándose a su amigo extendiendo su mano— no te merecías ninguna duda, creo en ti porque te conozco y por eso deberías hablar con él, después de eso podrían ver si de verdad existe un futuro entre ustedes.

—No creo, hay muchas cosas que no conozco de él y estoy aprendiendo a conocer en este poco tiempo. Voy a volver a mi trabajo pronto quizás no le dedique el tiempo que se merece, no quiero atarlo a una relación tan inestable, Kirishima. —Aceptó con desaliento.

El oji-carmín volvió a quedarse mudo mientras Katsuki recogía todo dándose cuenta de qué tan importantes eran el uno para el otro, sonrió con tristeza antes de irse de aquella casa. A partir de ese momento de reflexión todo quedaba en sus manos y no de nadie más.

 A partir de ese momento de reflexión todo quedaba en sus manos y no de nadie más

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103| Conversaciones II

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora