AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
—¡Ah! Estoy tan contento en esta hamaca. —Balbuceó Shouto recostado en la hamaca, Katsuki desde su balcón se carcajeó de que el bicolor se haya adueñado de ella.
—Ya la voy a quitar mañana. —Avisó, Shouto se recompuso alzando la cabeza al cielo solo chocando con el suelo del balcón del cenizo, se levantó dando unos pasos al frente para poder encontrar al rubio.
—No hay necesidad, yo seguiré aquí. —Refutó haciendo un mohín con sus rosados belfos, el cenizo omitió una risa porque Shouto era una de las cosas más bellas del universo.
—Lo sé, pero aun así es mejor… —Respondió con pesadez entrando a su cuarto para caminar por el pasillo hasta la puerta corrediza del patio trasero ni loco se arrojaría por el balcón con la duda de si Shouto lo atraparía.
—Yo puedo quitarla cuando no estés. —Argumentó cuando el cenizo asomó sus hebras doradas bajando por el par de escalones como en una corte real, deslizando su mano por el barandal.
—Sé que puedes. —Dijo Katsuki llegando a su lado sentándose en la hamaca con Shouto que lo siguió después, ambos observando los rosales frente a ellos.
—¿No quieres que se quede? —Cuestionó bastante confundido, ladeando la cabeza en su dirección, su iris celeste resplandeciéndose entre tonalidades escarlatas.
—No es eso, simplemente creo que lo correcto es que mis cosas vayan saliendo de esta casa pronto. —Expresó juntando sus manos entre sus piernas, sus falanges entrelazadas en signo de preocupación—. No quiero que tengas mi recuerdo haciendo eco en cada rincón de la casa.
Shouto quedó mudo en un intento en vano de hallar la respuesta acertada para Katsuki, la cual no había porque tenía razón, él ya lo había pensado mucho incluso antes de que el oji-rubí siquiera lo mencionara o hiciera alusión de ello.
Su respiración se agitó sin razón de negarse a la idea del cenizo porque lo mejor para una pareja separada —como lo eran ellos — era que cada uno llevara sus cosas a otro sitio a un nuevo hogar donde pudieran dar reinicio a la partida, lejos de la visión del otro en un vago intento por evitar la tortura al ajeno.
—Si es con esa razón, pues… no puedo negarme. —Aceptó con las cejas arqueadas en una expresión conflictuada que no pudo ocultar, Katsuki a su lado solo suspiró, dejando caer su diestra sobre su hombro una señal dulce de apoyo.
—Quiero hacer las cosas bien contigo —Alzó la mano hasta su mejilla acariciando con cariño hasta que Shouto buscó su tacto— lo pensé mucho y es lo mejor para nosotros.
—Entiendo. —Shouto se acomodó con Katsuki arrastrándolo para que ambos cuerpos quedaran medianamente acostados—. Creo que deberíamos tomar más distancia…
—Eso es difícil… —Rió con Shouto aguantando su risa y le dio un codazo porque Katsuki estaba acariciando su muslo izquierdo.
—Ya, espera, hablo en serio.
—Yo igual —Habló con seriedad Katsuki—. Lo de antier, de dormir juntos siento mucho arrastrarte a ello.
—No es nada Katsuki, me preocupé por ti, lo haría otra vez si fuera necesario. —Aceptó con vergüenza virando su vista para que Katsuki viera la sinceridad en él, al cenizo se le arrugó el corazón.
—¿Ves? Lo haces difícil… —Acusó girándose para abrazar a Shouto, el heterocromático por su parte sonrió enternecido de Katsuki.
También pensó que, aunque amara con locura despertar junto al cenizo y perderse en su fragancia mañanera, debía acostumbrarse a que su calor no era algo que pudiera seguir compartiendo con él. En los meses previos ya se había hecho la idea de que Katsuki no dormiría en su lecho nunca más, empero solo le bastaron unos días para que la aceptación de su cuerpo cambiara por completo de un solitario: ❝No estará más…❞ a un: ❝Extrañé esta sensación. ❞
—Me va a ser muy difícil acostumbrarme a la cama sin otra vez. —Confesó Shouto entre sus brazos, Katsuki que estaba acurrucándose entre su hombro y cuello exhaló.
—Para mí igual… —Afirmó estrechando más al otro despidiéndose en silencio de la sensación de sus cuerpos unidos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
