AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
Kirishima le había mandado una rutina para hacer en casa —una que investigó en internet— y que tuviera algo con lo que entretenerse en su arresto domiciliario, al menos entre el trabajo no tenía que preocuparse mucho ya había hecho varios artículos para la revista y seguía trabajando cómodo en casa haciendo algunas llamadas a sus colegas más confiables para encargarse de la toma de algunas imágenes para el artículo próximo.
En fin, la rutina era bastante sencilla aumentando de cantidad cada día, una rutina de abdominales con descanso. Perfecto para Katsuki que se mantuvo en el patio trasero haciendo la primera tanda de 40 abdominales.
Cuando terminó se quedó echado en el césped húmedo que le ayudaría a alejar los problemas que cargaba respecto a Shouto; ni siquiera quería pensar en él. Posó su visión al cielo celeste despejado como no lo había estado en esos días donde las lluvias se hicieron presentes.
Las nubes esponjosas como algodón de azúcar que venden en las ferias adornaban el cielo con figuras imaginarias que las personas fantasiosas como él podía observar de entre los puntos más extraños en el firmamento.
Se sentó para inspeccionar con detenimiento el crecimiento de la orquídea de Shouto, ligeramente orgulloso de que el heterocromático estuviese cuidándola bien hasta el punto en que la planta se notaba contenta.
Sacó su tableta gráfica y comenzó a dibujar, no tenía ánimos de entrar y encerrarse en su habitación como Shouto lo había hecho —ni siquiera abrió las cortinas de su cuarto— tampoco lo había visto salir a la cocina por lo que intuía no había comido igual que él.
Carajo.
Estaban igual de jodidos por la discusión del día anterior. Shouto no le explicaba nada y él tampoco quería decir en voz alta lo que ya sabía. A ninguno le gustaba esa situación donde parecía que aún había algo cuando ya no había nada.
Todoroki no lo quería más y debería aceptarlo.
Debería, pero era tan difícil, estaba completamente seguro que Shouto era el amor de su vida. No quería dejarlo ir y menos en una situación tan amarga como un tercero en sus vidas.
Con lo que pasó ayer sentía que Todoroki aún tenía sentimientos por él de lo contrario no hubiera ido a su cuarto a pedirle que no tuviera atenciones con él; el pastel le removió las emociones, aquellas que Katsuki era experto en provocar y sacar a flote, todo lo que él nunca dejaría de provocarle al bicolor y viceversa.
Estiró su cuerpo sobre la hierba tapando sus ojos con sus falanges la irritación por haber llorado toda la noche lo persiguió, se hizo ovillo en el pasto dándole la espalda a la casa que compartió con Shouto, mandando al diablo el entrenamiento que su mejor amigo le había mandado.
Se sentía como la mierda y no precisamente por hacer ejercicio.
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