⟳| Día 67 Ropa de pareja I

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⟳| Día 08

El escándalo rondó todo el aeropuerto, las personas que iban de viaje murmuraban acerca de una noticia de un jet privado directo desde una de las ciudades más hermosas del mundo; Paris.

Las personas que viajaban en los aviones estaban completamente absortas en la información del piloto pues iban en la misma línea que ese jet, no querían perturbar el viaje de aquella persona, al contrario, querían hacerlo ameno para la visita al país nipón. Las aglomeraciones en las carreteras tenían como destino una misma ubicación el aeropuerto, las personas fuera y dentro del lugar eran un murmullo de habladurías y halagos.

Todos mostrando autenticidad en sus atuendos, esperando a la llegada de la gran dama, muchos carteles decoraban los pasillos con centenares de comentarios y deseos a la mujer que había desfilado línea tras línea en la semana de la moda en parís.

Cuando su jet se acercó a cielo japonés y aterrizó en el suelo seguro, los fans aclamaron con fervor la entrada digna de ídolo de la diseñadora de modas más afamada en el mundo.

Ella bajó de su jet como la dama que era seguida de seguridad entrenada y mandada personalmente por su nuevo amante un magnate empresario del que solo conocían su nombre, pero ella conocía más que eso, ella era su compañera, su pareja y dama; Yaoyorozu Momo pisó con tacones de 6cm el pavimiento.

—Informa a mi joya que he llegado sana y salva, que no debe preocuparse por nada. —Pidió con amabilidad a uno de sus custodios, otro tenía su maleta en la mano, ella le dedicó una sonrisa cuando entraron a los pasillos del aeropuerto, abriendo la maleta para arrojar la ropa dentro de ella. Toda la gente luchando por una prenda diseñada por la gran dama, Yaoyorozu Momo.

—Señorita, ya le he informado. —Avisó el hombre.

—¡Genial! Vayan por mis cosas —Ordenó a un par de custodios— ustedes acompáñenme al auto haremos una parada antes de llegar a casa.

—Sí, señorita.

Los alaridos y chillidos de las personas enloquecían el corazón de la azabache que arrojó a diestra y siniestra besos cándidos a sus admiradores cuando llegó al auto sus maletas ya estaban ahí, otra camioneta blindada los seguía desde atrás.

—¿A dónde iremos primero señorita Yaoyorozu? —Preguntó su guardaespaldas, ella hizo un gesto afable con sus labios delgados, su perfecta cabellera brilló con el sol del día.

—A la casa de mi mejor amigo. —Anunció, el hombre condujo hasta la dirección que conocía de memoria por todas las veces que la acompañó al lugar.

Al aterrizar en el sitio se colocó una gabardina y lentes oscuros para pasar desapercibida en el vecindario de su amigo, dejó instrucciones de a qué hora debían pasar por ella antes de que ambos autos la dejaran en un sitio seguro como la casa de su amigo.

No había tocado la puerta cuando esta se abrió sorprendiéndola, ella rió al observar a su mejor amigo con una sonrisa enorme, ojos deslumbrantes y guapo como solo el condenado era.

—Dios, Shouto cada día te pones más guapo. —Declaró ella tomando su mano para hacerlo dar una vuelta al cerrar la puerta, Shouto se carcajeó.

—Yo no he cambiado.

—¡Tonterías! Eres precioso. —Lo apretujo contra su voluptuoso pecho, Shouto rindiéndose a ser apapachado por ella— ¿cómo estabas preparado para mi llegada?

—Estás en las noticias. —Obvió con sus hebras revueltas por el aliento de la chica que se rió por ser un escándalo, así no podía darle sorpresas a su mejor amigo.

¡Ay!, yo planeaba sorprenderte.

—Ja, la próxima vez no viajes en un jet privado ni hagas un acto como en el aeropuerto. —Acusó, ella enrojeció no de vergüenza sino de risa.

—Shouto… no puedo evitarlo, me han consentido mucho en estos meses. —Confesó con las mejillas carmesíes.

—Espero sea un buen prospecto.

—Lo es. —Aseguró, sus orbes de granito escanearon la sala y hasta donde podía ver— ¿Dónde está mi modelo estrella?

—Durmiendo, tal vez muerto.

—¡¿Lo mataste?! —Exaltó ella apanicada de perder al rubio que modeló una de sus colecciones más aclamadas— ¡Yo venía a ofrecerle trabajo! ¿Cómo pudiste?

—No está muerto… era un decir —Aclaró a la pelinegra que se relajó— cruel pensé que venías por mí.

—Vengo también por ti, Shouto. —Expresó con sus orbes brillando mostrando un universo en ellos, Shouto retrocedió ante su emoción.

Ah, ¿sí? ¿Qué es lo que necesitas? —Preguntó él con la ligera idea de lo que ella buscaba, Yaoyorozu estudió su reloj contabilizando los minutos que le quedaban antes de ir por ella.

—Quiero que sean parte de mis modelos en mi próxima pasarela. —Expuso con calma y seriedad que llevaba su trabajo—. Será ropa de pareja o mejor dicho algo ligado a eso.

Shouto la observó estupefacto.

—Qué mal chiste, Momo. —Shouto se cruzó de brazos.

—No tienen que ser pareja para modelar mi colección juntos. —Explicó rápidamente antes de recibir una negativa—. Escucha, ¿Por qué nos referimos a ropa de pareja como la de una chica y un chico?

Shouto no respondió.

—¿Ves? No hay razón para cerrarnos a eso cuando hay tantos tipos de pareja en el mundo, romántica o no, lo que quiero en mi colección son ideas complementarias no solo ropa igual, pero para chico y chica sino algo que los una que no tenga significado si están separados, ¿entiendes?

—Supongo. —Se encogió de hombros, ella resopló ya se lo explicaría con más tiempo ahora debía correr.

—No importa, me abriré un espacio en mi agenda para visitarlos otra vez y explicárselos bien a ambos, para tener la respuesta de Katsuki de su puño y letra —Declaró ella caminando a la salida con Shouto detrás— te traeré unos recuerdos para tu nuevo armario, todo hecho por mí solo para ti, Shouto.

—Eso sí me emociona.

—No quiero presionarlos, si uno acepta y el otro no, pues buscaré un compañero adecuado. —Afirmó ella—. Ustedes me gustan como modelos, eso es todo.

Shouto asintió.

—Lo pensaré.

—Piénsalo y dile a Katsuki que vine, independientemente de su relación es un trabajo, Shouto. —Momo salió de su casa como apareció siendo una oleada de sombras.

Ahora debía ver cómo le informaba a Katsuki que Momo quería trabajar con él en una pasarela solo que su línea de ropa sería referente a ropa de pareja, la que, por cierto, ellos ya no eran.

Ahora debía ver cómo le informaba a Katsuki que Momo quería trabajar con él en una pasarela solo que su línea de ropa sería referente a ropa de pareja, la que, por cierto, ellos ya no eran

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67| Ropa de pareja I 

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora