⟳| Día 31 Mal, todo mal.

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| Día 31

Para cuando la mañana llegó con un entusiasta sol, Katsuki saltó de su cama como gimnasta olímpico directo a la cocina para preparar un desayuno para tres. Sí, para tres.

Había pasado una terrible noche, no pegó el ojo por estar pendiente de cada movimiento hecho en la habitación principal, cada rechinido del colchón llenaba su cabeza de ideas de lo que podría estar ocurriendo allí dentro, como todas las posiciones del kamasutra podían ser hechas en la longitud de la madrugada cuando lo máximo que pasaba era Izuku pateando el trasero de Shouto hasta la orilla mientras se adueñaba de las sábanas dejando al otro al aire, desprotegido y en una esquina.

En la cocina Katsuki preparó un desayuno tradicional, haciendo los suficientes hotcakes para los devoradores hombres que estaban bajo el mismo techo, sacó la mermelada de fresa del refrigerador y la dejó junto a la montaña de hotcakes en la mesa del comedor —la barra era pequeña para tres personas—.

El primero en aparecer fue el bicolor que llegó con el cabello revuelto y unas grandes ojeras que revelaban la mala noche que pasó.

Katsuki le dedicó una mirada intensa, aquella que atravesaba su cerebro hasta ubicar los secretos más profundos del heterocromático, Shouto se encogió en su sitio ante el análisis del cenizo.

—¿Qué? —Preguntó en duda, Katsuki arqueó una ceja con pensamientos explotando su sistema nervioso.

—Parece… parece que pasaste una mala noche —Bisbisó el cenizo, dentro de sí controlando el temblor de sus brazos al servir un par de hotcakes.

Uhm, sí… —Shouto se rascó la cabeza—. Midoriya se adueñó de la cama…

Katsuki, con su plato, embarrando mermelada sobre sus hotcakes soltó una risa nasal negando con incrédula diversión. Volvió sus rubíes al bicolor que estaba completamente extrañado de la actitud errática del cenizo.

—Ajá…

Shouto con una ceja arqueada se sentó en su sitio en la mesa, echando sobre sus hotcakes mermelada sin apartar su vista de la sonrisa torcida del cenizo que no paraba de hacer ruido al chocar su tenedor con el plato al cortar su pedazo que iba directo a su boca en un ataque feroz, como una hiena hambrienta.

Ehm, ¿todo bien? —Se atrevió a interrogar, sus duales cayendo sobre los antebrazos del cenizo en las venas que se marcaban por la presión de sus manos.

—¡Sí, claro! —Exclamó con fingida emoción, chocando sus manos en un aplauso— ¡Es que ya pasó un mes y solo nos quedan tres! —Festejó, con sus ojos brillando en una dolorosa aceptación.

Shouto perplejo por la sonrisa del cenizo ante la situación no percibió la presencia de Izuku apareciendo con la expresión molesta por la actitud del cenizo creyendo que no tenía consideración por los sentimientos de su mejor amigo que trataba con serenidad calmar su pecho exaltado.

El teléfono de Katsuki sonó salvándolo de decir más estupideces —que él reconocía como tal— lo agarró rápidamente al notar el nombre del contacto, sus fanales centelleando en una incredulidad palpable en sus facciones. Abrió la boca tratando de articular palabras con la sorpresa de que sus rezos fueron escuchados porque uno de sus antiguos compañeros de la revista de National Geographic lo estaba buscando.

—¡¿Bueno?! —Contestó en un chillido caminando a la sala, invitando con la mirada a Izuku a desayunar, el verdoso se sentó junto a Shouto que seguía con la vista a un Katsuki alegre.

—¡Hey, Kats! —Canturreó desde la línea— me enteré que estás en arresto domiciliario ¿Qué tan cierto es eso?

Katsuki miró su tobillo al aparato que lo había acompañado los primeros 31 días del año.

Uhm, bueno ¿quizás un 99.99%? —Respondió avergonzado, una risa del otro lado, estremeció la piel del bicolor, antes no lo notó, pero ahora sí que reconoció la voz, su cuerpo se tensó al grado de ser evidente para Izuku a su lado. 

Hombre, un reportaje de: reportero en arresto sufre paranoia. —Enmarcó un título según la experiencia del cenizo, Katsuki rió torpemente de alguna forma sintiéndose expuesto— ¿Acerté? 

—S-sí. —Katsuki le dio la espalda al comedor donde estaban Shouto e Izuku, el bicolor volviendo su atención al plato— ¿a qué se debe tu llamada?

Bueno, solo quería saber sí luego de terminar tu arresto quisieras volver a trabajar conmigo, en la revista y quizás en un programa especial, tú siendo el reportero. —Katsuki abrió la boca, alejándose más de la sala llegando hasta la puerta corrediza del patio trasero.

—¿Hablas en serio?

—¡Claro! aquí gustó mucho tu trabajo, tus secciones siempre eran tan bien calificadas. —Presumió con su voz cantarina, Katsuki agradeció el halago—. Si estás interesado, nos gustaría trabajar contigo una vez más.

—¡Claro que me interesa! —Gritó sin contenerse, Izuku prestando atención a la conversación y al bicolor a su lado que partía su hotcake con rabia.

Pues esperaré tu llamada una vez tu deuda con la sociedad sea pagada. —Bromeó, Katsuki soltó una carcajada más por la emoción de recibir una mejor oferta de trabajo que por el chiste.

—Yo te llamo. —Afirmó.

—Perfecto. —Acotó—. Espero tu llamada, Kats. —Colgó dejando a un Katsuki lleno de esperanzas de volver a lo suyo, a los viajes de investigación que a los chismes de famosos.

—¡Dios, joder, sí! —Festejó en su sitio yendo a su cuarto para llamar a Eijirou y contarle las buenas nuevas, Izuku lo llamó deteniéndolo.

—¡Kacchan no terminaste de desayunar! —Avisó, interrumpiendo su camino, Shouto en ningún momento volteó, no quería ver su expresión.

—¡Ah! Comeré más tarde, ustedes coman, voy a hacer una llamada. —Cortó rápido con su teléfono en mano.

Lo último que vieron del cenizo fue su silueta cruzando la puerta de su habitación.  

—Siempre que lo llama él se olvida de todo y no para de sonreír como idiota. —Izuku volvió su vista de la puerta del cenizo a la expresión dolida de Shouto—. Incluso delante de mí.

—Shouto…

El heterocromático negó, empujando el plato lejos de él. El primer mes acabó con la llamada de aquel que hizo pedazos todo y Shouto no tenía intención de hacer escándalos, no lo hizo antes, no lo haría ahora que cada uno estaba por su lado.

Asumiendo que todo inició mal y terminó igual.

Asumiendo que todo inició mal y terminó igual

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31| Mal, todo mal.

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora