⟳| Día 50 Lo que nos falta aprender.

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⟳| Día 19

—¿Denki fue a verte ayer? —Preguntó risueño Eijirou en la línea.

—Sí, y el idiota mencionó el día donde vine a hacer un desastre —Gruñó apretando el celular— obviamente Shouto no estaba contento.

—¿Crees que vayan a pelear? —Cuestionó Eijirou ya sabiendo que cada que se rumoreaba algo de su relación sea bueno o malo su paz temporal se iba al carajo.

—No sé, hace unos días también pasó algo y no mencionó nada de ello… creo que prefiere olvidarlo. —Katsuki se encogió de hombros caminando por la terraza mientras barría el polvo acumulado en las semanas, no terminaría pronto— quizás quiere evitar más peleas ya sabes…

—Supongo. —Kirishima en el gimnasio tomó su descanso, su instructor le extendió una botella de agua antes de dejarlo hablar en paz.

—Creo que es mejor, duele, pero es lo mejor. —Susurró con Eijirou tras la línea preocupado de la decaída emocional que llevaba Katsuki.

—Solo serán dos meses más, verás que sí llevan las cosas en paz será más sencillo. —Expresó para que Katsuki sopesara de mejor manera la situación, el rubio suspiró dejando la escoba para rociar agua sobre el piso de cemento.

—Ojalá fuera tan fácil como dices, pero no lo es, hay veces en las que no puedo evitar olvidarme que ya no es mi novio y tratarlo de la forma especial que me nace con él. —Declaró agarrando la escoba otra vez para echar el agua por la coladera.

—Katsuki… ¿quieres que hable con Midoriya para ver si hay una posibilidad de que termines tu arresto en mi casa? —Preguntó, el cuerpo entero del rubio se tensó.

Había olvidado por completo esa posibilidad luego de la mención de Touya, pero es que no tenía cabeza para pensar en otras cosas que no fueran su estúpido corazón roto y Shouto merodeando por ahí. Aplanó los labios en una mueca de desagrado negando para sí.

—No le veo mucho caso ahora que ya vamos a mitad de camino. —Respondió sereno, Eijirou al otro lado suspiró, su entrenador lo llamaba otra vez para retomar su entrenamiento.

Bueno, como quieras, pero avísame si cambias de opinión estaré yendo a llevarles la despensa pronto, ¿eh? —Recordó con diversión que debía llevar a los cachorros, pero no le mencionó para darle una sorpresa al rubio— cuídate, Katsuki.

—Igual, adiós Kirishima. —Colgó para terminar sus labores en la terraza barriendo hasta que una segunda piel de sudor lo acompañó en toda su faena.

Shouto subió con un ejemplar en su diestra sorprendido de encontrar a Katsuki ahí en la terraza cuando no solía ir a menudo o solo, el cenizo le dedicó una mirada fugaz como estrella hasta que regresó con sus labores.

—No sabía que te gustaba estar aquí, por lo menos no solo. —Señaló Shouto con sus dualidades dirigiéndose a toda la terraza, Katsuki dejó su tarea al terminar para beber un poco de jugo de naranja que tenía en la mesa de la terraza.

—Me gustan los días soleados como hoy, me gusta estar fuera. —Declaró, Shouto movió los ojos al suelo pensando en si era una buena idea sentarse con él, Katsuki lo invitó con un gesto silencioso.

—A mí es, al contrario, no me gusta salir cuando hay un sol así, ni a barrer ni estar mucho tiempo fuera. —Obvió con el astro rey presente en el firmamento—. Tal vez solo para estar un rato.

—No sabía que no te gustaba el sol, aunque debí intuirlo pues te gusta estar aquí cuando hace frío. —Comentó removiendo su cabellera dorada, Shouto contuvo una risa.

—No es el sol en sí, sino la temperatura alta. —Explicó a Katsuki sentado frente a él que se le quedó mirando intensamente.

—Cuando me acompañaste al Sahara… ¿sufriste mucho estando allá? —Preguntó con preocupación rezando por no haber hecho pasar al otro una mala experiencia en lugar de una inolvidable, Shouto negó rotundamente sacando de la cabeza de Katsuki esos pensamientos carnívoros.

—No sufrí, fue agotador lo reconozco, pero estabas ahí por eso me quedé. —Declaró con total honestidad. Las mejillas del cenizo estaban rojas por el sol y agradeció que fueran capaces de esconder el bermellón en su rostro causado por Shouto.

Shouto había hecho un sacrificio de acompañarlo al Sahara a pesar de no ser adepto al sol, lo había hecho porque él estaba ahí, porque era importante para Katsuki estar ahí, ¿Cómo podía no amarlo cuando hacía esas cosas?

Sus ojos destellaron esa gamma de emociones incontrolables desde el agradecimiento hasta el profundo amor que le tenía, ese que era tan inexplorado como el océano mismo, Shouto se sonrojó por esas emociones que alcanzaba a reconocer estaba cautivado por ser él quien sacara esa faceta de Katsuki y a su vez estaba enormemente nervioso de lo que fuera capaz de expulsar el alma de Katsuki.

—Gracias, Shouto. —Murmuró con suavidad en un gesto dulce con una sonrisa pequeña y fanales brillantes, destacando ese rubí que tenía por joya.

Shouto bajó la cabeza, avergonzado enterrando su nariz en el libro que llevaba para pasar un corto periodo.

—No es nada. —Susurró en un suspiro y una sonrisa gentil que solo las palabras en tinta sobre el papel del ejemplar que llevó a la terraza presenciaron.

 —Susurró en un suspiro y una sonrisa gentil que solo las palabras en tinta sobre el papel del ejemplar que llevó a la terraza presenciaron

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50| Lo que nos falta aprender.

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