AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
—Según el pronóstico no llovería hoy. —Mencionó Shouto mirando la pantalla de su celular, en la sala mientras se acomodaba en su sillón de forma “L”, Katsuki desde la puerta corrediza del patio trasero denegó con lentitud.
—¿Tú crees que no lloverá cuando el cielo está así? —Apuntó al cielo parcialmente nublado con las rechonchas nubes cargadas de lluvia, todas de un color grisáceo. Shouto giró su cabeza para encontrarse con la espalda del cenizo.
—Se supone… nada es seguro. —Se encogió de hombros levantándose— voy a sacar la ropa que echamos en la secadora —Avisó guardando su celular en el bolsillo de sus jeans, Katsuki asintió con los pequeños truenos haciendo estragos en el firmamento, un sonido de impacto cruzó toda la extensión del cielo.
—Va a llover, es seguro. —Afirmó cruzándose de brazos, la ventisca azotó su césped recientemente barrido y recortado con sus plantas aferrándose al suelo con sus raíces como uñas en la tierra—. Y por si fuera poco será una tormenta eléctrica.
Shouto le observó detenidamente, analizando porque Katsuki le daba tanta importancia a un diluvio cuando debería ayudarlo a sacar la ropa, dejó al oji-rubí con sus pensamientos mientras en los cestos depositaba —por separado— la ropa de ambos.
Katsuki salió al patio trasero para colocar un pedazo de plástico sobre las plantas más expuestas como las rosas y las silvestres, la levantó con un pedazo de tubo y clavó las orillas con clavos al ras del suelo.
—Perfecto. —Celebró con las pequeñas gotas del aguacero cayendo de la nubosidad del firmamento, entró con prisa antes de que soltara la verdadera carga que llevaba, azotó la puerta prácticamente cuando la llovizna cayó estrepitosamente, los rayos haciendo eco por todo el cielo.
—¡Woah! sí se cayó el cielo. —Chilló Shouto saliendo con dos canastas de ropa para sentarse a doblarla, Katsuki tomó la que le pertenecía.
—Te dije —Habló el oji-rubí—. Tapé lo más que pude las plantas esta lluvia es pesada —Mencionó sentándose en su sillón de dos personas para doblar su ropa, la fortísima llovizna chocaba contra los cristales de las ventanas dándole un escenario tétrico a su casa totalmente muda mientras ellos doblaban la ropa frente al otro, asegurándose de no encontrarse solitarios.
—¿Por qué no ponemos música o vemos una película? —Preguntó Shouto con su voz ligeramente temblorosa, Katsuki asintió, aunque no tenían dónde reproducir el filme.
—Debimos haber comprado una pantalla para la sala antes —Comentó, en la sala no había un espacio o lugar indicado para colocar una pantalla— o un proyector y lo pondríamos en la pared.
—Estaría sobre los cuadros y deberíamos mover todos los muebles —Expresó con las luces parpadeando sobre sus cabezas, agitado, miró al cenizo que parecía tan tenso como él.
—Supongo, quizás deberíamos ponerlo sobre el arco del estudio —Balbuceó con el sonido del trueno extendiéndose por la casa hasta que la luz se perdió en un suspiro, ambos en su sitio continuaron doblando la ropa.
—Se fue la luz. —Anunció Shouto con voz tensa, Katsuki asintió en silencio.
—Sí. Uhm, ya regresará —Dijo para animarse más a sí mismo que a Shouto que terminó con su faena observando a Katsuki porque verlo ahí acompañándolo le hacía más pasable la oscuridad porque, aunque fueran adultos había cosas que no cambiaban y el miedo siempre acompaña a todos siempre.
—Espero —Tartamudeó acomodándose a lado de Katsuki que dejó en el sillón individual su cesto para sentir el calor del otro aspirando con calma su olor.
—Regresará —Afirmó, sus hombros rozándose lentamente hasta que se mecieron en la oscuridad perdiendo el miedo en los brazos del otro, la luz regresó cuando ellos seguían dormidos y el diluvio continuó hasta pasada la madrugada.
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