⟳| Día 38 Comodidad I

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| Día 07

Normalmente ese no era su sitio, pero no tenía de otra dado que su lugar estaba parcialmente ocupado por los cuadros que Camie les había obsequiado —era tiempo de su limpieza— y Shouto con terquedad quería hacerlo. Katsuki por dejarlo ganar le permitió hacerlo él, vigilando que Shouto rastreara cada mota de polvo de las esquinas de los cuadros.

Cuidó que el heterocromático hiciera bien su trabajo mientras él trataba en vano de encontrar un sitio cómodo para su trasero, ese sillón donde se ubicaba era el de forma “L” que ya tenía un dueño proclamado. Lo sabía por la silueta marcada en sus cojines y en donde Katsuki no lograba encajar de forma correcta.

Era como si tratara con fuerza ensamblar una pieza de un rompecabezas en el sitio que no le correspondía sería un fallo seguro hasta que encontrara su lugar idóneo. Eso le sucedía a Katsuki, ese sillón no era suyo.

—Este lugar es tuyo y se nota. —Comentó, su pierna izquierda recargada sobre su rodilla derecha, removió el trasero entre los cojines y luego apagó la pantalla de su celular.

Shouto en el sillón individual con un trapo de sacudir en mano miró al cenizo desviando su atención del cuadro del lobo al rubio que no se acomodaba en el sitio, sonrió de forma burlesca antes de volver a su labor con el trapo limpiando la esquina superior del cuadro en sus piernas —el suyo estaba en el sillón de dos personas—.

—Tu trasero no llena mi espacio. —Bromeó, Katsuki arqueó una ceja, boquiabierto de lo que acababa de escuchar de los labios de Shouto.

—¿Disculpa? mi trasero tiene el tamaño adecuado para cualquier labor —Aseguró— debería ser que el tuyo es tan pequeño que no entro en su espacio.

Shouto soltó una risa dejando el cuadro del lobo limpio, acomodándolo parado al lado del otro, se veía reluciente al grado que el cristal podría ser un espejo. Sacudió levemente su trasero como si se hubiera sentado en polvo y luego agarró su cuadro.

—No, ya los he tentado y créeme tienen el tamaño ideal —Afirmó con sorna— tal vez el tuyo es lo suficientemente grande como para no entrar en ningún sitio.

—Qué cabrón. —Chistó Katsuki, Shouto regresó a su sitio sacudiendo su cuadro risueño, Katsuki negó un poco enfadado— pero debe haber algo de razón, no hago la actividad física de antes y como más…

Su tono fue bajo con sus cejas arqueadas en una molestia consigo mismo que con el chiste de Shouto que dejó su tarea al notar a Katsuki enfadado.

—Era una broma no te lo tomes a pecho. —Mencionó con una pequeña culpa instalándose en su pecho, Katsuki negó con suavidad.

—No es eso, pero es cierto que he subido de peso me siento así. —Se encogió de hombros— debería hacer algún ejercicio para mantenerme en forma.

—Puedes hacerlo en el patio trasero.

—Con esos demonios afuera grabando mi gordo trasero, no gracias. —Declaró en una negativa que casi le saca otra risa al bicolor, se contuvo por el bienestar emocional del cenizo.

—En tu habitación, la habitación de visitas es grande. —Comentó, esta vez hubo una reacción positiva por parte del cenizo que se levantó para colgar el cuadro del lobo recién limpiado.

—Puede ser, pero no tengo rutina, estoy esperando a que el entrenador de Eijirou me mande una, sobrevivo con las rutinas que encuentro en Pinterest y YouTube. —Shouto no hizo ningún comentario de que él también buscó sus rutinas en vídeos, estar tanto tiempo encerrados les estaba dañando las articulaciones, se sentía más viejo.

Katsuki dejó el cuadro del lobo en la pared y esperó a que Shouto terminara con el otro, Shouto siguió su labor con calma sin ninguna prisa, manteniendo una conversación agradable.

—El entrenador de Kirishima. Uhm, lo conocimos una vez, ¿no? —Katsuki asintió.

—Sí, ese tipo sí que tiene el trasero de acero. —Ambos rieron por el chiste, Shouto dándole la razón, recordando cuando estrechó su mano y casi se la rompió.

—Tienes razón. —Alejó el cuadro de sus piernas para darle un vistazo a su leopardo que brillaba a contraluz, se levantó y con ayuda de Katsuki lo colgaron en su sitio—. Quedaron perfectos. 

—Hiciste un buen trabajo. —Aceptó Katsuki volviendo su trasero a su sitio, a donde pertenecía— ¿Ves? Este es mi sitio.

—Pensé que estabas deprimido porque estabas subiendo de peso. —Dijo Shouto dejándose caer en su sillón de forma “L”, su trasero amoldándose al cojín.

—Estaba molesto porque no cabía en tu hoyo que dejaste ahí —Señaló el sillón, Shouto se carcajeó por la expresión.  

Oh, bueno, entonces la rutina es un fracaso antes de iniciar.

—No dije eso, sí voy a retomar mis ejercicios —Repitió su espalda acomodándose en el respaldo de SU sillón—. Quiero estar en buena forma cuando inicie mis trabajos de investigación.

Shouto borró su sonrisa por segundos antes de volver a la expresión calmada que tenía, no quería pensar en sí su urgencia en estar en forma era por trabajo o para impresionar a alguien. Solo se limitó a disfrutar de esa comodidad que pocas veces se presentaba cuando estaban juntos.

38| Comodidad I

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365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora