⟳| Día 83 Ochaco.

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⟳| Día 24

Uraraka Ochaco había conseguido primicias que ninguna otra revista pudo lograr. Ella era la reina de grandes hazañas y una líder que arrastraba a sus compañeros hacía adelante cuando las cosas peor de veían, comandaba un ejército preparado para obtener la nota. Muchas veces para llegar a su objetivo tenía que sacrificar peones que a ella le dolerían, en efecto, pero que podía reemplazar fácilmente al ser una revista de chismes todos con morbo ayudaban a sus metas.

Excepto uno al que le dio una grandísima oportunidad de coronarse con el mejor de todos sus ilustres escritores. Le extendió todas las armas posibles y él no se animaba a hacer más de lo que era capaz, había leído artículos de ese chico y desde el principio lo quiso para ella porque con su prosa de telaraña te atrapaba en sus palabras.

No le dejaría ir, no tan fácilmente, por lo que estaba parada frente a su entrada para ofrecerle un contrato mejor algo que lo tentara a ceder a sus demandas.

El timbre articuló un sonido chillante, aterrador como si arrollaran a un cachorro, la piel se le erizó por la idea, sacudió su cabeza cuando unos pasos pronunciados llegaron al recibidor, la puerta se abrió dejando ver unos desiguales —pero hermosos— ojos heterocromáticos.

El ceño de Ochaco se frunció.

—¿Aquí no reside Katsuki Bakugou? —Interrogó con la idea de alguna confusión en las direcciones, el chico asintió dejándola en la entrada para llamar al cenizo, ella amusgó sus orbes cafés sentía que había visto a ese chico en algún otro sitio.

El heterocromático la dejó entrar guiándola a la sala con educación, Ochaco estudió su semblante y facciones analizando cada uno de sus artículos hasta que ubicó uno donde había alguien con un parecido atroz.

—¿Eres algo del empresario Enji Todoroki? —Cuestionó, lo vio tensarse en su sitio confirmándole la sospecha— eres su hijo, ¿cierto? —El bicolor se giró sobre su hombro con una mueca no tan agradable.

—Bakugou vendrá en unos minutos. —Anunció con la intención de dejarla sola en la sala sin intención de responder sus interrogantes respecto a su familia. En la cabeza de Ochaco cómo toda buena escritora vislumbró una nota, una que sería un escándalo para la familia.

—Joven empresario de una de las empresas más aclamadas de la última década vive un tórrido romance con un reportero de una revista de chismes. —Murmuró ella a sus espaldas con una sonrisa sardónica—. Fueron captados entrando a una residencia bien posicionada en un vecindario de clase alta, donde parece ser ambos son compañeros de habitación o quizás amantes ocultos en un romance acalorado como las fechas veraniegas que se avecinan. —Shouto se giró sobre sus talones quedando frente a ella.

—¿Qué? —Tartajeó con su mirada endurecida.

—Soy una reportera y escritora, no hay forma en la que vea a un empresario con uno de mis chicos y no piense en algo similar a cincuenta sombras —Su sonrisa se volvió pícara— ¿desde cuándo duermes con Katsuki?

—Estás equivocada, somos compañeros de habitación. —Ella silbó divertida, observando con escrutinio la casa, Shouto arrugó el entrecejo.

—No creo eso, con el sueldo de ese chico no podría mantener esta mansión. —Afirmó ella sin temor, Todoroki abrió los orbes desmesuradamente.

—¿Qué quieres decir?

—Somos una revista de chismes, también apoyamos a cadenas televisivas que se encargan de exponer a los famosos, nos metemos en más problemas de lo que crees una parte se va en demandas. —Explicó ella restándole importancia al asunto, Shouto por su parte estaba confundido.

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora