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⟳| Día 26
Utsushimi Camie regresó al infierno no solo porque le encantaba estar ahí —era un sitio agradable bajo sus estándares— sino también porque sus dos amigos eran residentes del sitio más temido por la humanidad.
No había encontrado algún motivo para ir más allá de su maleta, pero ese día tuvo que hacerse cargo de otros asuntos por lo que mandó al sexy pelirrojo con el que vivía por su maleta y, bueno, desde ese entonces no había vuelto a pisar el suelo de magma de la casa de la expareja.
Al menos no con un asunto importante, no como el que el rubio le había dado hasta hacía unos minutos donde la llamó porque necesitaba de sus contactos para resolver un asunto laboral y, ahí, encontró la excusa perfecta para visitar a su amigo.
Ese chico que la guió al patio trasero para que Shouto no escuchara la conversación, un notable paralelismo a cuando habló con el bicolor hacía más de un mes. Katsuki la sentó sobre la hamaca —al parecer nueva adquisición del rubio— mientras él se dejó caer en el césped húmedo porque Shouto lo regó en la mañana.
—¿Qué sucede, Katsuki? —Preguntó la eterna confidente al oji-rubí que desvió la vista, descubierto— ¿es grave?
—Bueno es algo más laboral y quiero saber si tus contactos en el medio podrían apoyarme. —Inquirió con sus ojos de cachorro herido, la dorada aplanó sus anchos labios, desconcertada por el pedido.
—¿Qué pasa? ¿para que necesitas respaldo? —Cuestionó más alterada que antes, el rubio se talló la frente levantando su flequillo.
—Es que me metí en una revista de chismes y descubrieron que Shouto vive aquí… ya sabes, pronto averiguaran todo sobre nosotros y el arresto, eso afectara a Shouto. —Explicó desanimado de ser la causa de muchos de los males del heterocromático, con razón lo dejó por alguien más, mucho más capaz de resolver los asuntos graves.
—Qué mierda…
—Eso mismo digo yo, fui un idiota que se dejó descubrir cuando antes lo cuidé mucho para no perderlo… —Soltó una risa nasal, resignado— y mira, al final lo perdí porque tiene a alguien más.
Camie boqueó por lo último dicho por Katsuki, sabía por Shouto que Katsuki tenía alguien más con quien ya llevaba tiempo engañándolo y ahora viene a enterarse que él también tiene cola que le pisen, ¿Cómo podría engañarla? Le resultaba estúpido creer que tenía un amante, pero Katsuki se veía tan seguro y dolido por ello que tuvo que investigar.
—¿Qué te hace creer eso? —Inquirió con cautela, el oji-rubí levantó la vista, sus ardientes luceros cruzándose con los avellanos de ella.
—Yo lo vi con él, sé de lo mucho que se preocupa por Shouto lo mucho que viene a visitarlo porque lo quiere. —Anunció con desaliento, ella por su parte no podía creer que Shouto metiera a su amante a la casa donde Katsuki estaba.
—Estás jodiendo…
—No lo hago. —Afirmó con rotundidad—. Me gustaría que fueran engaños de mi mente, pero lo vi con mis propios ojos y desde antes han sido muy cercanos incluso antes de conocernos.
—Es que no lo puedo creer. —Balbuceó ella negando en repetidas ocasiones, ahora no sabía quien decía la verdad, lo bueno de todo es que el cenizo se veía más accesible que Shouto— ¿sabes quién es?
—Sí, es Deku… —Camie ladeó la cabeza, ella no conocía a nadie con ese nombre, él se corrigió—. Shouto te habló de él, se llama Izuku.
Camie definitivamente conocía ese nombre no tenía el —mal— gusto de conocerlo a Eijirou lo conocía porque Katsuki una vez se lo presentó cuando los tres coincidieron en uno de los viajes donde Shouto no pudo acompañarlo. Pero este chico que Shouto mencionó como su mejor amigo no tenía idea de cómo era, debía saber si era un mejor partido que Katsuki.
—Vaya… entonces ¿terminaron porque Shouto te engañó? —Katsuki suspiró.
—No, no sé solo me entere de lo de ellos una vez estuvimos en el arresto. —Se encogió de hombros frente a Camie, ella se mordió el labio ancho, preparándose para cuestionarle algo que seguro le pegaría duramente.
—Tú no engañarías a Shouto, ¿cierto? —Preguntó cautelosa, Katsuki casi se fue de espaldas al escuchar esa interrogante, estupefacto de tal atrocidad.
—Pero… ¿Qué mierdas crees que soy? —Graznó ofuscado, cruzándose de brazos notablemente ofendido— jamás engañaría a ese chico, tú lo has dicho es el amor de mi vida, aunque yo no sea el suyo no significa que le haría una bajeza como esa…
—Ni siquiera con alguien que conozcas bien… —Siguió ella aventurándose a terreno desconocido, Katsuki boqueó.
—¡Claro que no! ¡yo hago las cosas de frente! ¡si hubiera engañado a Shouto se lo hubiera dicho a la cara! —Afirmó con un mal sabor en la garganta, ¿Cómo podía poner en la mesa un engaño de su parte? Camie le observó con escrutinio impactada de aquella declaración.
—Entonces…
—Nunca. Nunca lo haría. —Confirmó. Adolorido de ver destellos de duda en ella, pero Camie rápidamente cambió su expresión.
—Dejemos este tema es molesto —Mencionó ella ofuscada, Katsuki asintió.
—¿Me ayudarás con tu apoyo y el de tus contactos por si algo pasa?
—Claro que sí tú y Shouto son importantes para mí —Afirmó—. No dejaré que nadie manche su nombre.
Katsuki suspiró aliviado y agradecido, Camie se retiró de aquella casa con muchos pensamientos en la cabeza. El cenizo por su parte estaba entre enojado y confundido por las interrogantes de su amiga, no había tenido buenos días con lo de Ochaco la falta de respuesta de su exjefe y ahora con la idea de ser infiel le descompuso el hígado, ¿Qué carajos?
—¡Idiotas, todo lo son! —Gruñó en un murmullo con su cabeza hundida en la hamaca ya había entendido que la vida era una mierda. Al menos con él lo era.
85| ¡idiotas, todos lo son!
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365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBK
Fiksi PenggemarAU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía. Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...