365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBK

⟳| Día 20 No todo se acaba cuando tú decides.

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⟳| Día 20

En un acuerdo tácito, Shouto y Katsuki no comentaron nada sobre los amigos que se quedaron en la sala haciendo guardia para que no mataran a nadie. Cada uno en su alcoba estaba siendo custodiado como un rehén evitando confrontaciones que terminarían con uno o los dos lastimados, pidieron auxilio a sus otros amigos porque ellos solos no iban a poder estar cuidando del par siempre —aún no sabían que Touya había ofrecido arreglar el asunto—. Shouto era lo suficientemente terco como para no llamar al mayor, pero debía hacerlo.

Katsuki con su orgullo no cedió a las demandas de vender su parte, era mejor comprar y sacar al bicolor de ahí para que no tuviera su doble cara cruzando por cada rincón del hogar.

—Esto está muy mal Kirishima —Susurró Izuku en la sala casi amanecía y ellos no habían pegado el ojo— hay que hacer algo fue nuestra culpa que terminaran juntos aquí, hay que ayudarlos.

—Eso hago, pero Katsuki es terco no quiere salir de aquí, dice que es su casa —Murmuró desde el sillón de dos personas.

—Shouto dice lo mismo, son tan estúpidamente tercos, al menos en eso se parecen. —Susurró, incómodo en el sillón de forma “L” —. No sé cómo ayudarlo, es mi amigo y me duele verlo así de mal.

Kirishima mordió su lengua, extrañado de que Izuku no conociera la razón por la cual Shouto dejó a su amigo o tal vez sí, pero como su amigo lo cubría.

—Yo también estoy preocupado por Katsuki, llamé a nuestro batallón; todos están en diferentes ciudades, pero harán lo posible por venir por él. —Confesó, la tranquilidad invadiéndolo, no podía abandonar sus labores todo el rato por cuidar del cenizo, pero tampoco podía hacerlo a un lado.

—Quisiera decir eso, pero el circulo de Shouto es reducido y todos tienen agendas llenas, Yaomomo canceló una pasarela en Nueva York por su cumpleaños. —Negó—. No podrá venir pronto, Iida está en Los ángeles cerrando un negocio con su hermano y Yoarashi está en África.

—Se oye complejo.

—Lo es, soy el único que está aquí, pero no puedo quedarme siendo la niñera de Shouto y Kacchan estoy seguro que tú tampoco.

—Sí, exacto no puedo. —Acotó, suspirando—. Pero hasta que alguien no esté completamente pendiente de ellos no puedo irme en paz, tengo miedo de que se lastimen.

—No creo que se agredan físicamente otra vez, aumentarían su sentencia. —Afirmó Izuku conociendo a Shouto que no metería la pata dos veces.

—No me refiero a físicamente.

Esa oración le explicó a Izuku cuál era la verdadera preocupación del pelirrojo, claro era la suya y la de los hermanos del bicolor con los que había estado hablando; nadie quería que dos personas que se quisieron tanto terminaran tan mal, al grado de agredirse de la forma en la que había presenciado ellos mismos.

—No deberíamos hablar de su pelea de ayer, podemos cuidar de ellos un poco más de tiempo. —Expresó Izuku, sus ojos esmeraldas buscando apoyo en los carmesíes de Eijirou.

—Si. No diré nada, por su bien y para que los demás no crean que la situación es más grave de lo que parece y piensan. —Bostezó, Izuku sonrió enternecido aun agotado Eijirou seguía esforzándose por mantener los ojos abiertos.

—Descansa un poco, yo puedo estar despierto por horas.

—Estoy bien, si pelean no serás capaz de separarlos. —Izuku negó divertido.