AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
—Creo que es una mala idea. —Habló Shouto con todo su cuerpo tensándose ante la idea de ser tocado nuevamente por Katsuki.
—Solo voy a enseñarte como es un vals, no es nada grave —Respondió estirando su diestra para que Shouto la tomara— eres tú él que necesita aprender por mí está bien no hacer nada.
Shouto hizo un puchero inflando sus mofletes hasta que hizo reír al cenizo con su expresión de niño molesto, con su mano libre apretó sus mejillas haciéndolo sacar la última porción de oxígeno que hubiera dentro de su boca, el heterocromático resopló más fuerte echando su cabello hacía el techo.
—Es molesto tener que aprenderlo. —Afirmó con hastío, de todas las cosas que su padre les enseñó por el bien de la empresa y sus relaciones con el resto de socios eran socializar, entablar conversaciones inteligentes, bailar en eventos púbicos siendo está última donde Shouto más falló y donde Fuyumi destacó como la dama que era dejando a sus hermanos en ridículo.
—Dejando eso, cuando finalice este encierro tendrás un evento con socios que ya planificaron tus hermanos, lo adecuado es que los apoyes en lo máximo que puedas estando encerrado. —Argumentó a un bicolor que seguía mostrándose reacio.
—Lo sé, pero es que juro que soy malo en esto. —Afirmó cabizbajo con su mano siendo sostenida por el cenizo que entrelazó sus dedos con los de Shouto extendiéndole confianza que necesitaba para esforzarse con todo.
—Cuando bailamos en el patio no me lo pareció. —Expuso con neutralidad, con una expresión relajada que le hacía ver al bicolor que no mentía con lo que decía solo confirmaba que no era malo.
—Es otra cosa… —Shouto desvió su rostro enrojecido al recordar aquella vez donde cedió al oji-rubí cercanos a demostrarse ese amor que, aunque estuviera dubitativos seguía existiendo— no fue un vals como tal.
—Bien, si ese es el problema tengamos una ahora. —Katsuki sostuvo su mano con ímpetu, emoción desbordándose en la comisura de sus labios en una sonrisa cariñosa.
—¿Q-qué? —Tartamudeó con pena.
—Que tengamos un vals aquí y ahora. —Afirmó acercándose a reproducir una pieza del repertorio que Shouto estuvo ensayando solo hasta que bajó de la terraza—. Déjame guiarte, Shouto.
Afianzó su agarre con las manos unidas, palma con palma en confianza hasta que el calor se esparció por cada fibra de su cuerpo, Katsuki dejó que la mano de Shouto cayera en su cintura, su brazo rodeó el cuello del mayor dando pasos contados a su alrededor guiándose en cada giro hasta que volvían al principio.
Shouto con cada número de pasos aumentaba su confianza en lo que hacía sobre todo porque Katsuki no se quejaba, le seguía con seguridad sin rechistar en nada, sus rubíes serenos les tranquilizaban a niveles universales, ese chico podía agitar sus mareas y resguardar sus costas.
Su mano apretó su cintura para acercarlo más a su persona, hubo una muestra de sorpresa del cenizo cuando sus labios se abrieron ligeramente al cambiar en una sonrisa ladina.
—Estás haciendo un buen trabajo. —Murmuró frente a él, sus fanales riéndose con sus belfos rosados siendo relamidos por su lengua, Shouto no apartó la mirada del cenizo que disfrutaba de su tacto.
—Tengo un buen maestro. —Sonrió con sus luceros centelleantes, mayores a cualquier estrella, sus finos labios rosáceos simulando un arco, amable y agradecido.
Katsuki perdió conciencia de su alrededor concentrado en Shouto Todoroki en lo etéreo que era y lo lejano que estaba de su alma ahora, esta vez se privó completamente de besarlo, concentrado en ayudarlo en todo lo que pudiese mientras estuvieran bajo el mismo techo.
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