AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
—¡¿Se han ido?! —Chilló Shouto escondido bajo los rosales, el cenizo estiró su pescuezo por encima de las flores silvestres.
—No… no sé, no veo nada. —Respondió agachándose otra vez, miró al bicolor en un asentimiento para que corriera lo más rápido que pudiera a la entrada.
Contó mentalmente hasta tres estirándose sobre el césped hasta las escaleras echados con la panza al suelo mientras los drones giraban a su alrededor grabando sus culos levantados en sus posiciones en 4 cada uno saltando entre el pasto hasta las escaleras corriendo en cuatro patas hasta llegar a la puerta corrediza que cerraron al estar sanos y salvos en su hogar.
—¡Odio a eso niños! —Graznó Katsuki escondido en uno de los pilares de la puerta mientras el dron trataba de grabar dentro, Shouto en el otro pilar asomó su orbe izquierdo sin encontrar a los demonios.
—Avanza, avanza. —Repitió empujándolo para que llegará al estudio, la pared los cubría y Shouto perseguía su trasero hasta que finalmente llegaron a la barda del estudio sentándose sobre ésta, uno frente al otro recargando su espalda en los pilares del arco.
—Carajo, no podemos ni salir a respirar aire contaminado. —Comentó en un suspiro agobiado, era media semana y esos niños ya estaban preparados para molestarlos, Shouto asintió dándole la razón.
—Se supone que tienen que ir a la escuela, pero mientras nosotros dormimos como osos ellos regresan cuando despertamos. —Expresó son su pierna derecha columpiándose en la parte de la sala, Katsuki como reflejo repitió el acto solo que con su pierna izquierda—. Nos estamos acostumbrando al ocio. —Mencionó con una sonrisa divertida, sus rodillas chocando entre ellas en un gesto de confianza.
—Honestamente sí. —Aceptó el cenizo, sus rubíes sobre la expresión serena de Shouto con sus luceros centelleando con paz, sus delgados labios en una sonrisa pequeña, las mejillas rojizas por la anterior carrera. Katsuki en verdad quería acortar la distancia y besarlo, solo que no podía o arruinaría todo lo que habían construido—. Oye, ¿has visto al nuevo vecino? —Cambió el tema por su bien.
—Uhm, no, no lo he visto, ¿tú sí? —Inquirió el heterocromático ladeando su cabeza, el cenizo asintió.
—Me pareció verlo cuando subí a la terraza ayer, solo fui a respirar un poco anoche. —Se encogió de hombros recordando como de la casa de al lado vislumbró una figura entrando rápidamente—. No lo vi bien, pero no debe ser mayor a nosotros.
—Oh… bueno, supongo que no importa ya que no estaremos mucho tiempo aquí. —Restó importancia Shouto tratando de ayudarse a sí mismo recordándose que esa aventura acabaría pronto.
—Tienes razón. —Secundó Katsuki, quedándose callados uno frente al otro mirándose con serenidad, con sus rodillas rozándose y sus respiraciones sincronizadas. Ningún mal rato con sus vecinos podía quitarles la complicidad que los rodeaba.
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