⟳| Día 118 Disculpas.

424 54 32
                                    

··——·⟳·——··

⟳| Día 28

Recientemente y con el desgaste que conllevaba despertar siendo un día menos era cuando Shouto caía más en cuenta de lo mucho, muchísimo que comenzaba a odiar el reloj que marcaba con notable impaciencia el fin de un día y el inicio de otro.

Siendo que, apenas el miércoles estuvo recostado con Katsuki sobre la hamaca hablando de tonterías y barbaridades que hicieron o fantasearon hacer con el otro; recordaba cómo se acomodaron en la hamaca acurrucándose entre los brazos del contrario mientras la ventisca de la tarde les acariciaba los pómulos en un acto de consuelo.

Porque cuando la mañana del jueves llegó el cenizo comenzó a armar un zafarrancho en su habitación haciendo un escándalo digno de un festival sacando toda la ropa que no ocupaba mucho para depositarla con una pesadez evidente dentro de las maletas.

—¿Por qué no lo dejas en el armario? —Preguntó con esperanza de recibir una afirmativa del cenizo—. Ya te dije que no me iré pronto.

—Lo sé, pero ya habíamos hablado de esto. —Le recordó el cenizo sacando una nueva maleta para depositar dentro de ella las camisas que seguían colgadas en el armario.

—Ya sé… —Berreó Shouto echándose sobre su cama, Katsuki traía entre sus brazos un nuevo cargamento de ropa luego exhaló al ver al heterocromático pateando la maleta, la acomodó un par de veces antes de que el otro se rindiera.

—Además no quiero que cuando sea el momento de marcharte tengas que guardar mis cosas aparte de las tuyas. —Explicó, esperando que así Shouto se resignara, aunque parte suya deseaba mucho que siguiera siendo un obstáculo para no irse; él también era un caso.

—No me molesta. —Admitió el bicolor con sus orbes dirigidos al cenizo que guardaba sus cosas.

—A mí sí. —Refutó Katsuki.

—Katsuki para mí está bien —Repitió con insistencia, abrazando la almohada que le dio al cenizo seguro llenándola con su aroma dulzón que tanto le gustaba al oji-rubí—. Apóyate en mí.

—Lo hago, solo que es mejor hacerlo ahora que después —Movió sus manos de lado a lado— ya ves que mientras seguimos así más quiero besarte, abrazarte, hacerte el amor… —Enumeró como la lista de deseos que le pediría a Santa.

—Sí me lo dices me pongo ansioso. —Abochornado, Shouto se escurrió entre las mantas con su almohada apretándola entre sus brazos, los iris del cenizo no se apartaron de su figura, lo devoraba con sus rubíes llenos de lujuria.

—Sí haces eso yo igual. —Echó un par de camisas en la maleta medio acomodándolas más concentrado en borrar la imagen de Shouto de su cabeza.

Todoroki, por su parte, se sentó con las piernas cruzadas mientras Katsuki sacaba más camisas, él mismo las dobló y guardó en las maletas.

—Sabes…, aunque estamos bien todavía debemos separarnos es extraño, ¿no? —Cuestionó haciendo espacio para el resto de ropa.

—Supongo, avanzamos muy rápido con las cosas, pero no me arrepiento —Aclaró rápidamente con Shouto soltando una risa nasal—. Te quiero y estoy seguro que cuando todo esté bien regresaré a pedirte matrimonio. —Rió por la idea, seguro que su honestidad debería ser penada.

Shouto que estaba acomodando las playeras en la maleta detuvo su accionar, arrugando las cejas en una mueca desconforme con sus actitudes pasadas al recordar como rechazó sin consideración la propuesta del oji-rubí, donde lo vislumbró completamente hecho pedazos luego de que se negara a casarse con él.

También le llegaron memorias de que ese mismo día fue cuando lo terminó sin explicación alguna, recordó la expresión de todos sus allegados presentes en como el estupor gobernó sus facciones al ver al cenizo arrojando su anillo al lago, incluso él sintió el dolor del cenizo al cometer tal acto.

—Lamento haber dudado de ti. —Murmuró ganándose la atención de Katsuki que regresó su vista de la maleta a él, extrañado de que Shouto sacara ese tema otra vez—. No tienes idea de cuánto. —Sus orbes se volvieron vidriosos—. También lamento haberte rechazado ese día fui cruel, egoísta e inmaduro.

—Shouto…

—Lo siento Katsuki, sí hubiéramos arreglado esto antes te hubiera dicho que sí sin dudarlo. —Sus iris se mostraron lejanos, buscando una realidad en donde no hubiera arruinado su relación con su inseguridad. Katsuki al verlo pensativo se echó sobre la cama acorralándolo entre el colchón y su pecho sus fanales le mostraban un amor indescifrable.

—Te perdono, amor —Shouto se estremeció por sus palabras, las lágrimas acumulándose en la comisura de sus párpados— también discúlpame por no hablarte aclarado cuando sucedió lo de mi jefe, debí decírtelo.

—Ya… yo lo sé. —Shouto acarició su espalda con parsimonia enterrando sus dígitos en su columna—. Solo te quiero, cariño.

Katsuki asintió estremecido por las lágrimas que se acumularon en sus orbes, abrazó a Shouto hasta que sus sollozos eran una canción que les tranquilizó sus pesares, todas aquellas dudas que azotaban sus mentes quedaron solo como divagaciones que no tendrían más cabida. Al oji-rubí poco le importó no terminar de armar sus maletas deleitándose con el aroma a lirios del cabello de Shouto, disfrutó mucho del recuerdo de la disculpa que le ofreció con total sinceridad el amor de su vida.

 Al oji-rubí poco le importó no terminar de armar sus maletas deleitándose con el aroma a lirios del cabello de Shouto, disfrutó mucho del recuerdo de la disculpa que le ofreció con total sinceridad el amor de su vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

118| Disculpas.

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora