⟳| Día 93 Clases de cocina III

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⟳| Día 03

Shouto se levantó temprano ni siquiera los ruiseñores —que son los primeros en levantarse apenas el alba se asoma en el horizonte— lo habían hecho era un domingo primaveral de aquellos donde el calor se expandía por cada recoveco de las habitaciones coloreando de dorado las paredes con las pequeñas motas de polvo revoloteando en el aire, todo en una escena muy peliculesca en una escena otoñal de algún filme romántico.

Pero, Shouto estaba muy inquieto la King size quedó hecha un desastre al removerse en cada espacio donde el sol alcanzaba su cúspide de temperatura —incluso las noches eran sudorosas—, además de su propio nerviosismo sabiendo que Katsuki continuaría con las clases de cocina.

No es que Todoroki no confiara en el cenizo, todo lo contrario, era un buen maestro que daba instrucciones precisas y concisas nada de instrucciones extrañas o poco conocidas, lo hacía bien pese a solo haber tenido una clase, algo que creyó complicado se le hizo sencillo de realizar, aunque había hecho una cantidad generosa para dos o más personas — él tendría que medir más para cocinarse a sí mismo pronto—.

Salió de su habitación con destino la cocina donde se preparó su café cada sorbo le rejuvenecía el alma y el cuerpo entero en un elixir de la inmortalidad que la cafeína podría representar para muchos —Katsuki y él entre ellos por su adicción a tan fascinante droga— cuando terminó su bebida lavó su taza, acostumbrado a hacer esas labores inmediatamente al terminar de comer o beber, una costumbre que se arraigó a él por causa del cenizo.

Katsuki se apareció media hora después cambiado con un pants deportivo con el que seguramente continuaría sus ejercicios hechos por el oji-carmín al que no creía ver pronto por esa casa —al menos hasta que se acabaran los víveres—, el rubio tomó su café e hizo lo mismo que Shouto acabó y lavó acercándose a las alacenas por lo que necesitaría el día de hoy.

—¿Seguiremos hoy? —Inquirió Shouto con ilusión apenas contenida porque Katsuki no había olvidado su promesa, aunque obviamente no la olvidaría si la hizo el día anterior y porque Katsuki adoraba los momentos con Shouto así fueran pasajeros.

Sip. Haremos spaghetti a la boloñesa. —Anunció con una enorme sonrisa orgullosa de poder enseñarle a Shouto una receta tan exquisita, a los dos se les hizo agua la boca al imaginárselo.

—¿Comenzamos ya? —Babeó Shouto, Katsuki asintió aun en la ensoñación del spaghetti, se encaminó al refrigerador donde sacó la carne que había encargado al pelirrojo.

La imagen de su amigo le borró el apetito esa conversación seguía molestándolo sobre todo porque Shouto parecía actuar tan normal con él como si no supiera de las ideas de infidelidad que cruzaron por las cabezas de sus amigos, parpadeó ignorándolo ya vería el momento de hablar con él.

—Vamos a picar la carne en trozos pequeños. —Katsuki sacó su cuchillo, uno de sus favoritos y le enseñó a Shouto como hacerlo, guiando sus manos para que no se hiciera daño con el filo, ninguno sintió vergüenza por la cercanía con Katsuki tras Shouto solo eran momentos íntimos y naturales que ninguno le prestaba atención.

—Bien.

—También la cebolla, apio, zanahoria todas las verduras finamente picadas. —Katsuki volvió a mostrarle a Shouto cómo hacerlo antes de dejarlo solo cuando terminó de picar todo fue por un sartén profundo encendiendo la estufa— se me olvidó la mantequilla…

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora