AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
Katsuki no solía encerrarse mucho en su habitación, usualmente sucedía cuando entre ellos había momentos de vulnerabilidad donde estaban a punto de rendirse ante el otro en un momento de necesidad por amarse como solían hacerlo, sin posibilidad de hacer uso del freno de mano que los mantenía al margen como una señal de alto.
Desde que Izuku visitó su hogar… no, mejor dicho, desde que Yoarashi visitó su casa Katsuki había adoptado su propio estado de ánimo, abatido y sin ganas de realizar otra actividad además de dormir, era como si toda su energía se hubiera drenado por un agujero en su alma.
No le gustaba verlo así, le apretujaba el pecho observar a Katsuki pensativo al grado en que no reparaba en sus actos, cuando Izuku fue de visita por la noche él durmió como un tronco como si se hubiera tragado un frasco de pastillas cuando lo máximo era que estaba agotado mentalmente.
Ese día dejó algo en la estufa que estuvo a punto de caerse si él no bajaba de la terraza iba a regañarlo por abandonar cosas encendidas en la cocina, pero se detuvo cuando vislumbró en su expresión pánico, estaba dormido teniendo una pesadilla.
Acarició su cabeza hasta que su entrecejo volvió a la normalidad y descansó con una mueca contenta, Shouto se quedó un rato en su habitación cuidando de su sueño como Katsuki lo hizo por él con la pequeña fiebre que adoptó un par de días —no iba a decirle que lo recordó— que tenía presente sus atenciones.
Cuando Eijirou fue su estado empeoró, era de mañana cuando el pelirrojo irrumpió su casa y cuando salió a mediodía abandonó un Katsuki mucho más acabado que el que le dejó Izuku. No sabía de qué habían hablado —sabía que Izuku quería información, pero no esperó que fuera directo al cenizo— ni podía acusar a Eijirou porque no tenía idea de lo que había pasado, solo que Katsuki no había salido de su habitación esa mañana.
Y estaba preocupado, porque Katsuki era el que más se estaba esforzando por llevar las cosas en paz.
—¿Quieres desayunar? hice hotcakes —Avisó desde el umbral de la puerta, Katsuki le daba la espalda, negó ligeramente— ¿un café? —Otra negativa, Shouto hizo un gesto de agotamiento con sus labios, ya no sabía cómo llegar a él, a ese chico que estaba a millas de distancia— ¿Qué te pasa?
—Nada… —Murmuró con la voz trémula, de Shouto escapó un gesto de preocupación más evidente con sus cejas hundiéndose en su frente, sus luceros apagándose, sus labios temblando, se acercó a la cama y depositó medio cuerpo en ella con sus falanges enredándose en la melena áurea del chico.
—Dime que tienes. —Pidió, sus belfos arrastrándose por su nuca, Katsuki no se movió solo quedó mudo mientras Shouto lo estrechaba contra su pecho, su espalda siendo aprisionada por su pectoral.
Shouto siguió dejando sus labios por su piel descubierta en su cuello y hombros sin ninguna connotación sexual solo confort que aligeró la carga del cenizo, cerró los ojos suspirando, giró su cuerpo hasta que sus orbes se encontraron con los de Shouto.
—¿Por qué lo cuestionas? —Preguntó, su expresión fatigada dando muestra en vivo de que Katsuki necesitaba de él ahora.
—Estoy preocupado por ti. —Respondió con sinceridad, sus dígitos acariciando la espalda baja del cenizo que lo rodeó con sus brazos igual, sus yemas delineando la columna de Shouto.
—Tuve una epifanía. —Aclaró, sus rubíes sin apartarse de los duales de Shouto esperaron una reacción, sin obtenerla solo confusión, mordió su labio en busca de palabras que no alejaran al chico de él, pero no estaba listo—. Solo eso, no me gustó la conclusión a la que llegué y no estoy preparado para hablar de ello, Shouto.
—Entiendo. —No insistió, se quedó con Katsuki hasta que este se durmió en sus brazos, hasta que su mente consideró contarle a Shouto una vez ambos llegaran a la conclusión de que debían hacer cuando terminara su arresto si seguir en contacto con lo que conllevaba o terminarlo todo de tajo.
No le gustó ninguna opción, ojalá pudiera seguir con Shouto, sin embargo, era imposible.
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