⟳| Día 43 ¡Deja de actuar!

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| Día 12

El sábado llegó en un abrir y cerrar de ojos como el correcaminos de Looney Tunes anunció el fin de la segunda semana de febrero, bastante aterrador si se lo preguntaban a Katsuki que como una maquina funcionaba en automático.

Se levantó aquel sábado con la novedad de que Eijirou había llevado a Eros al veterinario y que ahí había decido adoptar un compañero para su perro un husky siberiano que Katsuki pudo alabar en una foto que le mandó por Whats.

Era un cachorro de tres meses y Eijirou con corazón de pollo no se negó a brindarle un hogar cuando su veterinario le ofreció darlo en adopción —evidentemente el hombre sabía que Eijirou sería un buen dueño— y que regresaría a él por los chequeos médicos del nuevo miembro de su familia.

—Es lindo —Respondió Katsuki, no decía eso con regularidad, pero esa bola blanca era la cosa más bonita que había visto sobre la faz de la tierra.

—¿Verdaaaad? —Eijirou apretó al cachorro contra su rostro en la videollamada con Katsuki— dan ganas de apachurrarlo con amor, ¡Ah! —Chilló luego de recibir una mordida amistosa del cachorro, Katsuki mostró una sonrisa pequeña.

—¿Estás bien? —Preguntó risueño, Eijirou sobó su mejilla con pequeñas lágrimas en el borde de sus ojos carmesíes.

—¡Sí! ¡es un amor! No puedo enojarme con él... —Sollozó en una fingida actuación de melodrama— ¡Ayúdame, Kats! —Suplicó con una enorme sonrisa al recibir mimos de sus dos mascotas.

Katsuki se sintió celoso. él no podía tener mascotas por sus continuos viajes además de que Shouto también solía estar muy ocupado como para preocuparse por alimentar otra boca además de la propia.

—Te acaba de conocer y ya te quiere, idiota. —Comentó el oji-rubí recargando su rostro en la palma de su mano una sonrisa ladina asomándose de sus labios, Kirishima asintió enternecido con el cachorro sobre sus piernas y el pastor sentado a su lado moviendo la cola al reconocer a Katsuki en la pantalla.

—¡Oh, es que es inteligente! ¡un buen chico! —Alabó el pelirrojo, Katsuki rió.

—Bueno debe haber alguien listo en la manada y ese no eres tú. —Se burló con las quejas de Kirishima tras la línea.

—¡Qué malo, Katsuki! Tú eres un chico malo, muy, muy malooo —Berreó abrazando al pastor del cuello para que su cara contenta derritiera el corazón del cenizo, fallando evidentemente.

—Deja eso, me tengo que apurar, debo entregar un artículo corregido en la tarde. —Avisó con la intención de acabar la llamada.

Oh, está bien. Luego iremos a visitarte para que lo conozcas en persona, ¿verdad, bonito? —Eijirou levantó al cachorro de su regazo para sacudirlo en el aire como Simba al ser presentado al reino.

—Bien, adiós Kirishima.

—Adiós bro, chicos despídanse del tío Kats. —Los perros soltaron un ladrillo que hizo reír al cenizo antes de colgar con Eijirou.

Todoroki apareció por el pasillo de las habitaciones con mala cara, algo molestándolo desde el interior de su mente, Katsuki en el estudio salió luego de enviar el correo a su jefa, siguiendo a Shouto hasta la cocina donde sacó su cartón de leche de fresa —erróneo según él—, pero que Kirishima le trajo como señal de paz.

—¿Qué pasó? ¿Amaneciste de malas? —Intentó relajarlo con una broma, Shouto negó su entrecejo arrugándose más y más. Sea lo que sea que lo estuviera molestando no era algo sin importancia.

—¿Con quién hablabas? —Preguntó dejando su vaso de leche en la encimera, Katsuki exhaló una sonrisa.

—Con Kirishima que adoptó un nuevo cachorro, el desgraciado es una bolita de pelos así de bonita. —Hizo una especie de medida con sus manos como el tamaño de una pelota de básquetbol—. Es lindo, dijo que lo traería a conocerlo, si no te molesta…—Aclaró.

De un momento a otro la expresión exasperada de Shouto desapareció siendo remplazada por una de asombro y ligera curiosidad todo su malestar siendo ignorado por un tema más importante de cierto imbécil que solía llamar a Katsuki todo el tiempo.

—¿Kirishima? —Cuestionó otra vez tratando de asegurarse que no hubiera escuchado mal.

—Sí, Kirishima. —Confirmó, Shouto hizo una expresión extrañada, ligera duda en sus orbes de lo que fuera a preguntar, Katsuki esperó a que se sintiera listo o con valor, lo que llegara primero.

—¿Por qué te llamaba Kats? —Inquirió en un interrogatorio más profundo que los que hacía la policía, el oji-rubí sí que se mostró desconcertado dejando caer su expresión de ignorancia sobre un tema que al parecer a Shouto si le importaba.

—Yo qué sé… —Se encogió de hombros— a veces me llaman así, pero no es seguido, no sé… ¿se le escapó por la emoción? —Trató de explicarse sin entender a donde quería llegar Shouto.

Shouto viró los ojos con agotamiento como si hubiera esperado esa respuesta vaga en un intento de Katsuki por evitar el tema, cuando lo que pasaba era que genuinamente Katsuki no tenía idea de lo que pasaba.

—¿Qué? —Preguntó con la voz temblorosa— ¿Por qué te molestas más?

—No finjas que no sabes lo que pasa. —Gruñó, riñéndose a sí mismo por querer iniciar una pelea, sabía que se venían luego de su metida de pata, pero no esperaba ser él quien cayera primero.

—¡No lo sé! ¡Estás de mal humor! y no sé ¡¿por qué?! —Exaltó, su rubíes encendiéndose en un brillo segador— ¿Qué carajos? ¡debería yo ser el enojado por lo que pasó el jueves! —Confesó con sus emociones escapando de cada poro de su piel.

Shouto aplanó los labios, no quería hablar de esa noche donde nuevamente su paz fue en declive gracias a su PROPIA culpa y sus estúpidos descuidos.

—Por favor, no hablemos de lo que pasó. —Pidió con debilidad cediendo esta vez porque una discusión no los llevaría a ningún sitio. Katsuki boqueó con su entrecejo arrugándose, sus orbes cargándose de lágrimas.

Joder que hacía mucho las ganas de llorar no lo golpeaban como ahora, sacudió las manos con irritación dejando el tema por la paz para abandonar la cocina e ir directo al patio trasero. Shouto se quedó parado ahí, los dos con el mismo pensamiento rondando sus cabezas.

«Es que no entiendo ¡¿qué pasa con él?!» Ofuscados cada uno siguió sus labores del día, evitándose para no tener más problemas de los que se venían por un momento de paz viene un ejército de conflictos.

«Es que no entiendo ¡¿qué pasa con él?!» Ofuscados cada uno siguió sus labores del día, evitándose para no tener más problemas de los que se venían por un momento de paz viene un ejército de conflictos

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43| ¡Deja de actuar!

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora