⟳| Día 56 Kirishima II

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⟳| Día 25

Cuando Eijirou piso el suelo de aquella casa —para dejar la despensa sobre la encimera de la cocina—, sintió el ambiente más pesado de lo usual con tensión cargada en cada recoveco del hogar de la expareja.

Sus carmesíes examinaron con detenimiento el pasillo de las habitaciones aterrado y aliviado al no intuir ninguna reacción del cenizo, así como en la cocina donde tampoco hubo reacción sino alegría de observar víveres, descartó las habitaciones tranquilo de que no hubiera pasado nada hasta que llegaron a la sala y… ahí estaba esa tensión que lo recibió hace un rato, crecía con cada paso en la forma en la que los hombros de Katsuki se tensaban como si recordara lo que pasó en la sala. 

—¿Se acostaron? ¿verdad? —Katsuki se detuvo a medio camino, Eijirou frenó antes de chocar con él, su cuello enrojeciéndose rápidamente por la idea de ser descubierto—. Aquí huele a sepso... —Indicó son su índice señalando la sala.

—Kirishima…

—No, no me digas nada. —Negó, sacudiendo sus manos en negativa— no quiero detalles. Cuando habló de comerte no sabía que era LITERAL.

—Es que no fue así. —Contradijo a un pelirrojo decepcionado por la carne débil de Katsuki—. Créeme no pasó nada.

«Nada más allá de simular chupársela.» Se sonrojó por su propio pensamiento acusatorio, Kirishima cerró los ojos negando de que en menos de dos meses ese par haya olvidado la razón de su ruptura.

—Pensé que te había engañado —Masculló un recordatorio nada agradable— y que estabas herido por eso, pero al parecer se lo dejarás pasar si con eso puedes estar entre sus muslos, ¿verdad?

—No, Kirishima, no. —Renegó, ofuscado de que haya sacado ese tema a flote—. No tienes que recordarme que me dejó por Deku.

—¿Qué? ¿Midoriya? Eso no lo sabía. —Respondió aturdido ahora entendiendo porque el verduzco no dijo nada cuando se lo preguntó.

Katsuki restó importancia, la persona no importaba el asunto era que Shouto no lo quería más. 

—Sí, bueno. Olvídalo no hablemos de esto, Shouto está en el patio trasero regando las plantas y poniéndoles abono, no quiero verlo ahora. —Respondió con sus orbes cayendo sobre Eros, el pastor alemán que le sonreía como un chico guapo—. Hola, campeón, ¿Cómo está el perro más inteligente del mundo?

Eros le ladró moviendo su cola de lado a lado, agachando la parte frontal de su cuerpo para jugar con Katsuki que le acarició la cabeza al perro que se levantó en dos patas para lamerle la cara, era en serio el perro más amigable del mundo. Katsuki se rió por ser manchado de baba —de un perro esta vez— que seguía besándolo por el tiempo que no lo había visto, completamente emocionado de ver al chico que le compraba croquetas cuando iba a visitarlo.

—Él también te ama. —Comentó Eijirou risueño.

—Es el único que me ama.

Ah, llorón. —Eijirou y Katsuki soltaron una carcajada.

—¿Dónde está la pelusa que me ibas a presentar? —Preguntó, Eijirou arqueó una ceja.

365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora