AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
Cuando el ocaso tocó fondo y fue imposible de vislumbrar bajo los fanales duales, los tenues brillitos de las luciérnagas comenzaron a aparecer mágicas como un cuento, rodeando los frondosos árboles que cruzaban la avenida.
Los autos de sus vecinos haciendo acto de presencia luego de laborar horas diarias con el merecido descanso de una noche de películas junto a sus familias, actos genuinos en preocupación palpable y comodidad afable.
En el balcón junto a la cocina Shouto se ubicó con una manta, esta vez con la puerta corrediza ligeramente abierta mientras Katsuki trabajaba en su habitación un momento de calma y soledad donde podía analizar los acontecimientos ocurridos en esas semanas desde su descubrimiento de las ideas de Katsuki respecto a sus sentimientos.
Y la duda de haber errado en una apresurada decisión sin dar espacio al diálogo del que el cenizo era un orador nato, solo que desde la perspectiva de Shouto todo encajaba perfectamente con sus sospechas de alguien más; como se alegraba al recibir noticias de él, como salía disparado de casa siempre que lo necesitaba, cómo lo miraba con una insistencia casi infantil.
No podían juzgarlo, él había salido con otras personas antes de Katsuki sin embargo ninguna le pegó tan fuertemente como lo hizo el oji-rubí, él con su extravagante pensamiento, su volátil personalidad y su amorosa forma de ser lo reclamó como un nuevo continente.
Se sentía inseguro en muchas ocasiones porque Katsuki no era sedentario él iba a donde sea que hubiera una primicia una nota que lo llevará al mayor raiting al mayor apoyo en su sección; él era un fenómeno que llegaba cuando menos lo esperaba.
Shouto era sedentario le gustaba estar en casa jugando con sus sobrinos, comiendo con sus hermanos, leyendo algún libro; ese tipo de cosas. Las veces que salió de su zona de confort fue cuando acompañó al cenizo en sus aventuras, a los 5 viajes que realizó con su compañía porque cuando iban juntos ni siquiera parecía trabajo —al menos para él— era su espacio de intimidad.
Pero cuando ves a alguien que puede tener mayores intereses en común con tu pareja y que pasa más tiempo con él que contigo es casi natural que las incertidumbres de agobien con ideas que pueden ser ciertas o no. Shouto no lo creyó la primera vez que los encontró juntos, la segunda dudó sin comentar nada al respecto con las ideas naciendo más poderosas en su imaginación arrastrando con ellas inseguridades que se hacían un peso más poderoso a medida que avanzaba el tiempo y no podía estar con Katsuki mucho tiempo al él salir de viaje laaaargos.
Todo siendo un conjunto de piedritas hasta que con pesar confirmó con sus orbes un acto de mentira, como los labios de su pareja eran reclamados por alguien más, se retiró en aquella ocasión sin valor de confrontar al cenizo aguantándose el martirio en su corazón al sentirse reemplazado luego vino su propuesta de matrimonio y no pudo más hacerse de la vista gorda; acabó con todo en un arrebato.
Ahora, pensaba en demasía sobre Katsuki que tan diferentes hubieran sido las cosas si tan solo ese día hubiera entrado exigiendo una explicación porque la merecía, que tanto daño se hubieran evitado si tan solo se reclamaban como debían, que tantas ilusiones se hubiera ahorrado solo para conocerse mejor porque tenían un año y medio juntos, pero solo de vez en cuando Shouto estuvo un considerable período con Katsuki antes de regresar solo dejándolo atrás.
Sus trabajos no coincidían cuando Shouto iba y las diferencias horarias lo golpeaban con dureza, se agotaba tanto que no podía hacer mucho en los viajes solo una salida significativa y ya.
Katsuki no podía quedarse en un sitio era un alma liberal no podía vivir atrapado en una oficina redactando artículos que él no hizo, él buscaba libertad Shouto comodidad.
Simplemente iban por caminos opuestos que tuvieron la dicha de encontrarse en el momento incorrecto, Katsuki era la chispa que necesitaba en su diario vivir y él era ese hogar al que siempre el rubio quería volver al terminar sus labores.
Se necesitaban.
Sin embargo… todavía no estaban listos para un compromiso tan grande como unir sus vidas para siempre porque él no podía privarle al cenizo de su libertad y Katsuki no podía arrastrarlo con él siempre que quisiera porque Shouto tenía compromisos, no podían fallarle a las personas que creyeron en ellos.
Eran inmaduros —sobre todo él— sin aclarar las cosas, torpes al terminar sollozando por discusiones que pudieron evitarse sin tan solo hablaran, si le diera la oportunidad de elegir.
Exhaló con lentitud el vaho saliendo de su boca formando una nubecita frente a él con forma de estrella, sonrió por el pensamiento infantil ese que se contagió con la convivencia con alguien tan elocuente como Katsuki.
—A veces pienso demasiado en él. —Murmuró a los luceros en el firmamento, se acomodó la manta sobre los hombros y recapacitó muchas de sus actitudes, debía y tenía la obligación de aclarar las cosas con Katsuki.
Su relación tenía más baches que solo un malentendido y en aquella noche las enlistó todas y cada una porque eran cosas que no podía omitir ni ignorar.
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