365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBK

⟳| Día 90 Por ese par de idiotas.

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⟳| Día 31

La mañana anterior Camie tuvo que retroceder en su investigación policial con respecto a Izuku, el verduzco que según palabras del propio Katsuki era el amante de Shouto quien, por cierto, no le dio ningún nombre del supuesto amante del cenizo por lo que era más sencillo llegar a la verdad por medio del oji-rubí que fue más accesible.

Su tacón golpeaba el pavimiento del restaurante, tenían una mesa al aire libre y Kirishima le miraba con serenidad tratando de apaciguar su ira consiguiéndolo de a momentos porque su sonrisa cándida le robaba el aliento.

—No estés tan tensa, llegará. —Aclaró conociendo a Izuku que pese a que todo lo señalaba pareció muy confiado en todo lo que fuera a decir respecto a Shouto.

Su melena olivácea se asomó por la avenida cruzándola sin ningún problema una vez el paso peatonal fue concedido, su expresión afable aligerando el enojo de la rubia que borró sus facciones fastidiadas para relajar su expresión. Izuku llegó hasta su mesa con una sonrisa jovial sentándose frente a Eijirou, Camie quedó entre ambos jóvenes.

—Estamos de acuerdo en que estamos aquí por Shouto y Katsuki, ¿no? —Inquirió ella con una tonalidad profunda, mordiendo su labio ancho llamando la atención de los chicos que asintieron.

—Estoy agotado de ver a Shouto tan devastado cada vez que voy lo encuentro peor. —Anunció Izuku preocupado por su mejor amigo, Eijirou tuvo que darle la razón porque él mismo lo había visto.

—Lo he visto, pero créeme que Katsuki no está mejor. —Aclaró frente al peliverde que no refutó nada, honestamente, ambos estaban para el arrastre.

Camie estudió cada facción de peliverde en cómo éste parecía ser sincero con sus sentimientos, sin atisbos de falsedad en su preocupación por la salud emocional del heterocromático y es que ella también lo encontró muy mal en la oportunidad que tuvo de intercambiar palabras.

No quería ver a ninguno de sus amigos tan derrotado por su relación que iba en declive, notaba con tristeza que su brillo altivo y audaz enormemente cegador se apagaba con los días transcurriendo, desde que los conoció vio en ellos una vivacidad infinita que se hacía más lejana cuando estaban juntos; le encantaba esa faceta y no quería que terminara, al menos no tan mal.   

Por eso ahondó en las respuestas que pudiera conseguir de los chicos que compartían alimentos con ella, se relamió los labios mientras ellos conversaban sobre lo lejos que habían llegado sus disputas.

—No puedo creer que ese par de idiotas vayan a terminar sin que nada los una. —Murmuró con fingida inocencia, ganando atención de la esmeralda y el carmesí en sus mirares.

—¿Cómo van a querer algo que los una después de una infidelidad? —Cuestionó Eijirou, haciendo saltar al peliverde en su sitio, Camie le observó mientras parpadeaba sopesando aquellas palabras hasta que su expresión de sorpresa se convirtió en una de ira.

—¡¿Tú sabías de la infidelidad?! —Acusó Izuku levantando la voz, el pelirrojo enarcó una ceja— ¡Claro, eres su amigo! ¿¡Cómo no ibas a saberlo?! —Rechistó.

Camie era veloz para entender lo que sucedía —mucho más astuta que el par que la acompañaba hundiéndose en una disputa— antes de que siguieran con sus argumentos se entrometió con otro comentario.

—Espera, ¿Katsuki cree que Shouto lo engañó? —Inquirió con falsa confusión, Eijirou asintió, Izuku boqueó impactado de las difamaciones sobre su mejor amigo que sí, en ocasiones quería golpear, pero era SU amigo y lo defendería.