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⟳| Día 20
Lo que creyó Katsuki era su despertador avisando que era hora de sacar su trasero de la cama no fue más que la llamada mañanera de Eijirou que, totalmente acostumbrado a salir a correr antes de siquiera que el sol terminara de salir por completo ya lo molestaba con su emocionada tonalidad.
—¡Buenos días, Katsuki! ¡Ábreme la puerta! —Pidió con una alegría incontenible, sus piernas trotando mientras el cenizo sumamente ofuscado salía de su cama colgándole, era muy temprano como para que Eijirou fuera a su casa.
Se calzó con las pantuflas que Shouto le regaló, aquellas que hacían un sonido particular y que hacía notar su presencia a cualquier sitio que fuese, se talló los agotados párpados con su diestra con la baba seca en su mandíbula y con un dolor de espalda porque su colchón no parecía amoldarse a él, con honestidad no quería levantarse sentía que todavía estaba dormido porque cuando llegó a la sala la encontró repleta de globos llenos de helio flotando en la habitación con muchas leyendas transcritas en su superficie, deseándole fortuna.
Se dio la vuelta dándole por completo la espalda a la sala mirando con insistencia la puerta de Shouto porque era él único que podía hacer algo así, pero lo que realmente se preguntaba era cuándo lo hizo. Pensó en ello no mucho porque tenía al pelirrojo esperando afuera así que le abrió encontrando ahí una caja adornada de colores rojos y un moño dorado como típico regalo navideño.
Parpadeó un par de veces antes de que otra llamada entrara y su diseñadora de interiores bostezó en línea.
—¿Por qué no revisas tu balcón? el sol es muy cálido. —Con eso al igual que Eijirou colgó la llamada para regresar a su habitación y asomarse en su balcón desprendiéndolo de las cortinas de la puerta corrediza.
Halló otra caja más larga y plana que abrió junto a la Eijirou que contenía pesas, guantes de box y un listado de bebidas suplementarias, la caja de Kyouka tenía una guitarra que casi le provocó un desmayo se recompuso cuando otra llamada entró.
—¿Y la terraza qué? —La voz risueña de Denki fue completamente opuesta a la de su novia, se levantó del suelo para ir a la terraza para ese punto estaba sumamente emocionado del juego que habían planeado sus amigos.
Subió a la terraza y ahí solo con un moño blanco encontró una bicicleta en las condiciones óptimas para acompañarlo en cualquier viaje de montaña o bosque que quisiera realizar, no sabía como ese idiota podía hacer un gasto tan sumamente necesario por él, casi lloró al ver las velocidades integradas. Su celular vibró en su pantalón y respondió tratando de borrar su sonrisa, esperaba que no hubiera nadie grabando.
—Tu patio trasero es muy hermoso, ¿Qué más hay ahí? —Acomodó la bicicleta a un lado de la puerta color argénteo y bajó casi corriendo de la terraza, estuvo a nada de chocar con la puerta del estudio recomponiéndose para ir caminando con elegancia al patio como dijo Yaoyorozu.
Ahí encontró no cajas sino un par de conjuntos de ropa uno que fue diseñado para él y otro que seguro era para Shouto porque parecía más la gama de colores que él usaba y porque ella se lo había prometido. Empujó el conjunto de ropa en el carrito hasta subirlo por las escaleras que fueron un martirio para cuando estuvo dentro y vio con más detalles los adornos de la sala otra llamada lo interrumpió.
—¡Se te queman las ansias, apaga el fuego en la cocina! —Yoarashi colgó antes de siquiera poder hacerlo él.
Se rió en voz baja con el juego del tesoro caminando hasta la barra de la cocina entrando por ahí hasta la estufa donde una caja un poco más pequeña lo recibió era un conjunto de refractarios de distinto tamaño para casa ocasión, seguro que Shouto le contó del accidente y Yoarashi le regaló eso para consuelo de ambos, sonrió y cuando otra llamada entró tuvo que dejar el regalo en la encimera de la cocina.
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365 días contigo Temp. 1 ⟳ BKTDBK
FanfictionAU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía. Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...