AU. Katsuki y Shouto son exnovios. Sí, exnovios que durante la fiesta de año nuevo no pudieron evitar explotar delante de sus amigos y vecinos que llamaron a la policía.
Fueron encarcelados y luego con ayuda de un buen amigo, es que todo se redujo a...
Luego de su señal de paz —hecha con chocolate blanco— y un lindo mensaje de tregua el humor de Shouto pareció mejorar considerablemente, era como un niño al que le regalaban lo que tanto deseó en navidad, todo un caso.
Pero ya estaba muy acostumbrado a ese estado de ánimo cambiante que caracterizaba al bicolor, a veces hasta creía que era bipolar con esos cambios extremos de estar mega furioso a super contento.
Daba miedo, sí. Pero era SU Shouto al que tanto quería y al parecer no era el único que lo apreciaba de esa manera pues seguro había muchos otros que añoraban al bicolor de esa misma manera enloquecedora en la que Katsuki lo extrañaba.
Porque estar cerca de él y no poder tocarlo sí era una tortura —al menos para él— y más luego de que después de AÑOS una exageración menor, fuera capaz de volver a abrazarlo al dormir, pero es que ni Morfeo había conseguido hacerlo dormir del modo en que Shouto lo consiguió.
Su insomnio de días había desaparecido en una sola noche, ese solo recuerdo lo hacía dormir como un bebé en cuna, tan alegre.
No obstante, con todo lo bueno que pasaba siempre venían cosas malas, pese al son de paz que llevaban Shouto prefirió hacer más grande la brecha de distancia entre ellos ya que cuando notaba a Katsuki fuera de su habitación él no salía para nada, sino que esperaba a que él entrara para salir.
Decir que no afectó a Katsuki era mentir peor que pinocho porque sí que le afectó el que Shouto decidiera estar LEJOS de él, pero no lo culpaba, después de todo fue culpa de Katsuki que todo se haya ido al carajo.
Todo por la carne débil de la que estaba constituido.
—Pero al menos sal a comer, idiota. —Refunfuñó desde la barra de la cocina comiendo un plato de cereal con leche, un pequeño almuerzo que se dio dado su humor de perros, cuando él estaba de mal humor comía, mucho.
Shouto ni se apareció, era como esos rituales chafas donde según invocas un demonio y no sale nada, un pésimo servicio como diría el meme.
Un rato después cuando estuvo resignado a entrar a su habitación para permitir que Shouto saliera, este llegó de la nada como un espectro. Katsuki casi saltó en su sitio viviendo un Deja vú de uno de sus viajes a parís.
—Acabas de saltar como cuando creíste que me había perdido en parís. —Comentó Shouto con esa sonrisa socarrona en su dirección haciendo que Katsuki se estremeciera de pies a cabeza.
—Eso no fue gracioso, y lo sabes. —Rezongó cruzándose de brazos, Shouto se había escondido de su visión en su visita a la torre Eiffel cuando el cenizo tomaba algunas fotografías en su celular de pronto notó con miedo que su novio no estaba.
En su primer viaje a la bien conocida ciudad del amor había perdido a su novio, se movió por todo el lugar en un acto desesperado por encontrar esa cabellera dual que lo hipnotizó desde el segundo uno, estaba por pedir auxilio con un oficial cuando de la nada éste le saltó encima asustándolo al grado que soltó un chillido bastante afeminado brincó de su sitio como un sapo hasta quedar un metro de distancia de su novio.
Estuvo enojado todo el día. Ya por la noche luego de un montón de ósculos y cariñitos en su rostro Katsuki había cedido y se dejó amar por Shouto como solo él sabía amarlo.
—Para mí lo fue —Restó importancia en ese gesto risueño donde mordía su labio inferior, Katsuki negó.
—No lo fue.
—Lo fue.
—No. —Repitió, algo cosquilleando en su pecho.
—Sí. —Insistió el otro con sus labios temblando débilmente.
Pudieron seguir así, solo que un ataque de risas los detuvo hasta que era un mar de lágrimas graciosas, chillidos hilarantes y gestos de payasos.
Cuando pasaban esas cosas donde Katsuki podía estar con él sin ningún peso en el estómago era cuando más notaba que incluso en unos días con Shouto tenía esa confianza que no a cualquiera le entregaría. Solo con él podía pasar de una ira reprimida a una risa estruendosa.
Y eso lo hacía sentir bipolar al menos con Shouto.
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