⟳| Día 17 Frutillas.

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| Día 17

Midoriya había dejado un surtido de frutas frente a su puerta en la tarde, le agradeció por mensaje pues el verdoso se había ido antes de si quiera hacer algo. Shouto acomodó las frutas en el frutero sobre la encimera cerca de la licuadora para tenerlas a la mano cada que quisiera hacerse algún licuado.

La tarde coloreaba el firmamento de tonalidades naranjas, algunas levemente rojizas para lo poco que duraba el ocaso, un rato después el cielo nocturno avisaba la llegada del final de día, él por su parte, desde las ventanas de la cocina estudiaba con detenimiento cada estrella imaginando como se movilizaban tras él cada que se giraba, lo que decíamos en la niñez: ❝La luna me sigue.

Sonrió ante el recuerdo de las veces que mencionó ciertas tonterías infantiles a sus hermanos mayores que rieron por su inocencia, por su inexperiencia y sencillez.

El cumpleaños de su hermano sería mañana y él no podría asistir a la celebración que su padre le realizaría en la mansión de playa con la que contaba su familia. Fuyumi se mantuvo en contacto por mensajes y Natsuo por correos, hablando de como sobrellevaba las cosas con su exnovio.

Su padre no llamaba estaba lo suficientemente enojado como para hacerse el digno, claramente, Shouto no iba a rogarle para que le hablara, parte del circo fue su culpa por no saber contenerse y ahí estaba, encerrado con el cenizo en su casa.

Agarró algunas fresas lavándolas, luego sacó el cartón de leche y azúcar para hacerse un batido sencillo de fresa, no había escuchado ningún ruido por parte de Katsuki por lo que intuyó estaba dormido, removió todo en la licuadora y sirvió en un vaso de vidrio, la leche fría le dio un sabor refrescante a su garganta seca.

A su teléfono llegó un mensaje de su hermano mayor, sonrió comiendo de las fresas que había lavado y sobraron para después contestar al primogénito de los Todoroki con cada nuevo mensaje su sonrisa desaparecía.

Necesitaba hablar con Bakugou.

Buscó alguna excusa para acercarse a su cuarto, encontrándola en las frutillas que había estado devorando con satisfacción. Tomó un plato pequeño depositando algunas fresas limpias y picadas, se encaminó al pasillo de las habitaciones con su batido de fresa tocando la puerta de cenizo que abrió ligeramente desaliñado, medio despierto luego de una siesta.

—Toma, es fruta picada. —Ofreció, Katsuki tallando su ojo lo aceptó.

—Gracias, me lo comeré ahorita. —Iba a cerrar la puerta para volver a la cama cuando Shouto lo detuvo.

Eh... mañana vendrá Touya. —Avisó, Katsuki asintió.

—Okey, mañana no saldré.

—Sí, eso venía a decirte, no salgas mañana. —Katsuki se volvió a verlo una ceja arqueada buscando alguna explicación de porque tenía que ser tan borde al pedirle que no saliera—. Es que no está contento... no quiero problemas...

«Ni que te lastime.» Pensó el heterocromático, dejando a sus labios temblorosos con ansias de soltar aquellas palabras cargadas de preocupación. Bakugou asintió ya más despierto.

—Está bien. Yo tampoco quiero más problemas. —Afirmó dando un paso atrás para cerrar la puerta con su plato de fresas en mano y la diestra en el pomo de la puerta.

—Buenas noches.

—Descansa. —Katsuki cerró la puerta, Shouto suspiró con alivio regresando a la cocina para tomarse ahí su batido, esperaba que la visita de su hermano mayor no trajera más pleitos.

Cuando acabó su licuado lavó otras fresas que disfrutó en silencio, preparándose mentalmente para la visita mañanera que tendría.  

17| Frutillas

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17| Frutillas.

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