Problemas Familiares

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—¿Mi sultana? —le llamó Nurhan— ¿Se encuentra bien?

—Si... Todo está bien Nurhan —afirmó.

Habían pasado días desde desde el incidente y durante ese tiempo sus salidas fuera de sus aposentos fueron nulas, la mujer se mantuvo apegada a sus hijos sin pensar en nada más allá  de su propio miedo por el incidente. 

Pero aquella tarde fue diferente pues la mujer decidió salir en vista de que una  fiesta estaba siendo celebrada en el harem a nombre del compromiso de Hatice, a mujer ya arreglada salía junto a sus hijos llena de incomodidad, de no ser Hatice, Hürrem probablemente no habría salido de su habitación por un par de semanas mas.

—Te ves muy guapo Mustafá —alagó viendo al niño en los brazos de la concubina  quien se inclinó ante ella sin decir palabra alguna— buenos días Cerem.

—Buen día Sultana Hürrem.

—¿Entramos? —la muchacha asintió con una ligera sonrisa.

Lo primero que se pudo notar fue el contraste dentro del Harem entre la protagonista y la que debía ser la protagonista de aquel evento. Hatice mantenía la mirada perdida,  inerte en su asiento, como si esperara su condena, por otro lado Victoria se regodeaba en la comodidad que le entregaba ser la madre del nuevo hijo del Sultán teniendo su posición asegurada por completo.

—Hürrem, ven aquí —pidió la madre Sultana.

Cerem agradeció ser ignorada pues en aquellos asientos se encontraban las mujeres de la dinastía, algunas ni siquiera eran reconocibles para ella, pero no le cabía duda que eran arpías en su mayoría, no importaba que tan elegantes o alegres se miraran.

—Señorita Cerem —un grupo de jóvenes sirvientas la invitaban a sentarse a su lado a disfrutar de la velada, entre ella también habían concubinas que habían llegado como un regalo de paz por pate de reinos europeos.

Las mujeres eran apenas mayores que ellas por un año, otras eran de su edad o incluso menores, eso le dio una confianza inconsciente que le permitió relacionarse con ellas en su propio idioma.

—Me alegra saber de alguien que habla español en estas tierras.

—Estuve un tiempo en el reino de Castilla, es un lugar muy hermoso.

—Mi familia es de allá, definitivamente es hermoso —afirmó emocionada.

—Escuche sobre una nueva tierra... India Occidental.

—Oh, las Indias Occidentales, si, pues... —la mucha trató de buscar las palabras en aquel difícil idioma.

—Yo seré tu traductora, por favor habla con comodidad —pidió Cerem.

—Gracias...

La conversación fue fluida gracias a la intervención de la concubina quien no tenía problemas en manejar idiomas extranjeros, el saber que manejaba al menos seis idiomas de forma fluida impresionó a las sirvientas y despertó la curiosidad de las concubinas.

Pero para su mala suerte su conversación era ocasionalmente interrumpida por Mustafá quien exigia la atención de su madre cada vez que el objeto de turno ya no le resultaba interesante.

Pero para su mala suerte su conversación era ocasionalmente interrumpida por Mustafá quien exigia la atención de su madre cada vez que el objeto de turno ya no le resultaba interesante

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El Sultan - Mi LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora