Furia pt. 2

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—Me alegra que nos acompañes a cenar, hace mucho  tiempo no tenemos una cena solo los tres.

—A mi también me alegra poder estar aquí con ustedes, cenar con mi madre y hermana me trae una enorme paz, Hatice.

—También me alegra hermano, mas aún sabiendo que mañana deberás volver  a tus deberes.

—Si... El pobre de Ibrahim Pasha apenas y podía ocuparse de todo con respecto al palacio —comentó la madre Sultana con algo de gracia.

—Ya no será Ibrahim Pasha, madre, a partir de mañana será el Gran Visir de este Imperio —los ojos de Hatice se abrieron llenos de impresión e inconscientemente miró a Gülfem quien estaba igual de sorprendida.

—Me alegro por él, ha trabajado mucho por nuestro Imperio.

—Así es... Solo hay buenas noticias en estos días —finalizó Gülfem.

—Tal como la  boda de mi querida Hatice —la madre Sultana miró a su hija con gran emoción— ahora que nuestro Sultán ha vuelto, los preparativos pueden continuar...

—Si... —murmuró la nombrada con desaire.

—Mi Sultán —Victoria entró a la habitación con emoción contenida, siendo ignorada por el hombre.

—Siéntate a mi lado Victoria —pidió la madre Sultana— debes comer bien para que mi nieto nazca con salud y fuerza —la extranjera había sabido aprovechar la ausencia del Sultan y el paso de los meses para solidificar su posición y a la vez mejorar su relación con la madre del Sultan.

—Muchas gracias madre...

—Mi Sultán, quiero preguntar sobre la niña que nos presentó, ¿Quién es? Si se puede saber —interrumpió Gülfem notando el tenso ambiente.

—Ella es la hija de los antiguos regentes de Parga, es la única sobreviviente y he decidido que viva aquí con nosotros, su nombre es Fusun y espero que no sea tratada con distinciones por ninguna de ustedes.

—Es un nombre encantador —concordó Gülfem recordando la traviesa expresión de la niña.

—Hablando es eso... Madre, ¿Dónde estaba Mustafá cuando Cerem fue atacada? —preguntó recordando las palabras de la concubina.

—No hay que recordar malos ratos en la mesa, mejor comamos.

—Madre, no trates de tratarme como a un niño, he hecho una pregunta que espera una respuesta adecuada.

—Hijo... No trato de hacer nada —la mujer tomó la mano del contrario— solo trato de tener una cena tranquila sin recordar malos ratos, los de Cerem es algo aún demasiado nuevo y fue mucho para todos... Esas muchachas ya fueron castigadas.

—Entiendo, entonces sigamos comiendo —la respuesta lo dejó intranquilo, sabía que algo le estaba ocultando y era obvio que Ibrahim tampoco lo sabía pues lo habría dicho la primera vez.

—Entiendo, entonces sigamos comiendo —la respuesta lo dejó intranquilo, sabía que algo le estaba ocultando y era obvio que Ibrahim tampoco lo sabía pues lo habría dicho la primera vez

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El Sultan - Mi LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora