En el Harem la historia no era diferente, las concubinas y sirvientas se juntaban para hablar sobre lo ocurrido, varias habían presenciado la penosa escena de Victoria siendo arrastrada hasta los aposentos de las favoritas mientras clamaba ser la madre de uno de los hijos del Sultán.—No puedo creerlo.
—Se dice que ella fue la culpable del incendio en la habitación de los príncipes.
—Si esa mujer tiene a un niño en su vientre probablemente no sea del Sultán.
—Cuando al fin había alguien capaz de hacerle frente a Hürrem pasa esto... Esa mujer ha de ser una bruja.
—No hables así de ella, ahora es la única Sultana con un hijo del Sultán dentro del Harem, es obvio que si el bebé de Victoria llega a nacer morirá en su niñez.
—Realmente es una pena, Victoria se veia feliz en la mañana presumiéndole a Hürrem sobre su embarazo.
—¿Recuerdan la expresión de Hürrem? —las concubinas rieron divertidas.
—¡Dejen de hablar como si no estuviera aquí! —regañó Nurhan.
—Déjalas, pueden hablar todo lo que quieran, pero aún así no llegarán al lugar en donde estoy yo; soy Hürrem, la favorita del Sultán Suleiman, madre de su hijo y la única mujer a la que ama, así que por su bienestar le recomiendo que mantengan su boca cerrada.
Las mujeres fruncieron el ceño en tono de disgusto, pero no se atrevieron a decir nada más en contra de la pelirroja, en cambio centraron sus burlas en Victoria quien seguía encerrada en sus aposentos siendo vigilada por guardias.
—'Esto no está bien, esto no está bien, no, no, no' —la castaña caminaba en círculos dentro de aquella pequeña habitación pensando en que había fallado.
Su plan que en un principio había sido matar al Sultán fue completamente cambiado cuando esta comenzó a enamorarse del hombre y del poder que representaba estar a su lado. Victoria, una mujer que siempre había gozado de una inteligencia mayor a la de la mayoría de mujeres a su alrededor sabía que matar al hombre era un acta de suicidio.
Así mismo con el tiempo comenzó a entender cómo se manejaban las cosas dentro de Harem y que era lo que podía hacer para subir su rango, al ser nombrada favorita todas las piezas en su mentes encajaron dejándole ver el panorama.
Su país perdería ante Suleiman, su gente caería y muchos nobles serían esclavizados o degollados de la misma forma en la que lo fue su esposo y ella no estaba dispuesta a ser parte del montón así que se propuso ganar el corazón del hombre aunque algo la detenía de completar sus deseos.
Hürrem.
Esa bruja de pelo rojo había anonadó al Sultán y también logró hacer lo que ella deseaba; consolidar su puesto en aquel inmundo Harem como la mujer del hombre que gobierna al mundo, dándole un hijo varón.
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El Sultan - Mi Leon
Fanfiction-Lo lamento mi Sultan, pero... No hay nada que pueda hacer. -¡¿Que me estas diciendo? Hurrem cerró los ojos resignada e impactada ante las palabras que anunciaban la muerte de una de sus mayores enemigas. -Que Allah reciba a Mahidevran en su reino.