Victoria

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Los alaridos eufóricos se escuchaban por toda la isla de Parga; despues de una ardua guerra, los Otomanos salieron vencedores obligando al ejército de los monarcas europeos a retirarse junto a sus fallecidos.

Por órdenes del Sultán Parga ahora pertenecía al Imperio luego de la muerte del Rey que gobernaba su tierras, algo que era motivo de celebración para ell territorio pues con su nuevo Sultán, el miedo a ser atacados o saqueados por extranjeros era solo una vaga posibilidad mas que una promesa aterradora.

—Mi Sultán, enviaré las buenas noticias a los funcionarios de todo el Imperio.

—No hace falta Bali Bey —habló— las embarcaciones estarán listas en un par de días así que lo mas probable es que primero lleguemos nosotros antes que las noticias —explicó con ligera diversión ante el semblante tembloroso del muchacho de 14 años— es mejor que las noticias lleguen junto a nosotros, ve  a descansar.

—Si mi señor, por cierto, las cartas del palacio están a su lado, lamento no haberlo informado antes.

—Es un error simple, gracias por hacérmelo saber —la alegría por la victoria era mayor a cualquier error diminuto que un novato pudiera cometer, la simple idea de volver a su hogar junto a sus hijos y esposas era suficiente para colocar una sonrisa en el rostro del regente cuyo humor no parecía poder ser empañado con nada... O eso creyó.

"Me temo querido hijo que el estado de tu concubina es muy delicado, la medico dice que su estado es delicado, me he encargado de castigar a la responsable y también a quienes no intervinieron a tiempo, pero nada de eso puede borrar el daño ocasionado, no debes preocuparte por Mustafá él está en buenas manos"

Ese párrafo borró la sonrisa en su rostro, su madre no le había dando mayor información que ésa bajo la excusa de no querer preocuparlo en medio de una guerra, pero algo le decía que era solo eso, una simple y burda excusa que trataba de esconder un acto mucho mas grave que lo descrito en ése párrafo, y la carta de Ibrahim fue la estaca que clavó la ira en su mente dejando a un lado la alegría que percibía como suya  hace un par de minutos.

"Su Majestad, la vida en el palacio es como siempre pacífica y dulce, Mustafá y yo estamos bien, los regalos que nos  ha obsequiado han sido muy preciados para mi y  su príncipe, el Pasha nuevamente me ayuda a escribir esta carta así que no deseo robar su tiempo haciéndolo escribir cosas demasiado banales, en cambio solo deseo felicitarlo por su  victoria esperando que mis predicciones y las estrategias del Pasha hayan sido de ayuda"

Sabía que algo no estaba bien pues no había pelea con un desenlace tan caótico que no tuviese antecedentes por detrás, pero era algo que no podía aseguras pues no fue mencionado por su madre en la carta.

—Allah, dame algo de paz —imploró totalmente aturdido.

Cerem había demostrado ser util en el palacio y sorpresivamente, también en la guerra pues su sabiduría provenía según ella de las estrellas y lecturas al cielo que luego eran transformadas en predicciones, algo que descubrió en una  carta que Ibrahim había mandado.

El hombre a pesar de estar lejos envió una estrategia que fue extremadamente util una semana despues de la llegada de la carta y cuando creyó tener un espía dentro de sus tropa se llevó con la sorpresa de una segunda carta que era guardada por un joven soldado llamado Bali Bey, una en donde el Pasha le explicaba que, si la primera carta era util muchas mas llegarían de igual forma esperando que fueran un apoyo en la batalla.

Después de algo de insistencia su fiel sirviente confesó que todo era gracias a Cerem quien de alguna forma predecía el movimiento de las tropas enemigas a través del mar, algo que Ibrahim luego traducía a estrategias en la costa.

El Sultan - Mi LeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora