—¡Mi Sultana! —llamó Nurhan despertando a Hurrem.—¡No vuelvas a hacer eso! —reprendió— me he asustado y eso le puede traer algún mal al hijo del Sultán.
—Lo lamento Sultana —escuchar esas palabras venir de su amiga hacían que su ego se elevara— pero tiene que saber, hoy en la mañana el Sultán ordenó que no se le diera más que agua a la criada de Mahidevran y ahora ella está arrodillada frente a los jardines sin decir una palabra.
—¿Qué habrá pasado? —se preguntó para levantarse.
La sirvienta estaba postrada a los pies del Sultán, la desesperación le había ganado a su cobardía, la madre Sultana le había prohibido acercarse a Mustafá y el pequeño niño lloraba al no tener a su compañera, así que sin tener opciones la menor acudió al hombre más justo de este palacio.
—Tus manos están manchadas de la sangre de mi hijo ¿Cómo puedes siquiera pensar en pedirme que te deje seguir a su lado?
—El príncipe estará bien bajo mi cuidado, daría mi vida por él de ser necesaria.
—... Eso no es suficiente.
—Su Majestad... Le ruego que no me separé del príncipe —pidió.
Suleiman suspiró.
—Si estas tan dispuesta a hacer todo por mi hijo tendrás que demostrarlo —sentenció.
—Haré cualquier cosa que el Sultán desee que haga.
—Arrodíllate frente a los jardines, no puedes hablar, comer o levantarte, no hasta que yo lo diga, si fallas te enviaré a una provincia lejana o te venderé a un mercader.
—Lo que su Majestad desee.
Suleiman sonrió notando la persistencia en la voz de la chica.
—Puedes retirarte.
—No tienes que hacer esto —dijo Hurrem mirando a la joven postrada en el piso— Mahidevran está muerta y este es un palacio cruel, no tienes que desgastarte y en cambio únete a mi, sabré pagar tu lealtad —ofreció.
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El Sultan - Mi Leon
Fanfiction-Lo lamento mi Sultan, pero... No hay nada que pueda hacer. -¡¿Que me estas diciendo? Hurrem cerró los ojos resignada e impactada ante las palabras que anunciaban la muerte de una de sus mayores enemigas. -Que Allah reciba a Mahidevran en su reino.