—Mi señora, le ruego me-—Fue suficiente Cerem, creí haberte advertido sobre que pasaría si tu comportamiento no era el adecuado.
—¡Yo le-!
—¿Te atreves a alzarme la voz?
—Por favor... Aceptaré mi castigo, pero no me aleje del príncipe.
—¿Quién eres para pedirme algo? Te has atrevido a molestar a las sirvientas del Harem como si fuera la dueña de este palacio, incluso molestas a la mujer que tiene en su vientre al hijo de nuestro Sultán.
Victoria, Nurhan, Hatice y Hürrem ocultaban su sonrisa ante la victoria de ese día.
La muchacha hasta el momento había recibido el total favor del Sultán a través de cartas enviadas solo para ella, eso había acabado con la calma de Victoria quien solo podía escuchar las burlas e insinuaciones sobre quien criaría a su hijo cuando naciera.
Hürrem en cambio temía por su lugar en el corazón del Sultán y por como el nuevo hijo del Sultán amenazaría la posición de los suyos, la muchacha temía ser desplazada de la misma forma de Mahidevran y así mismo acabar su vida como ella; Cerem representaba un problema que no estaba dispuesta a pasar por alto, no mientras amenazara a su familia.
—Mi señora.
—Ibrahim Pasha ¿Que hace aquí?
—Escuche sobre el castigo que le impuso a Cerem.
—¿Hay un problema con eso?
—Me temo que si, el Sultán ordenó que el cuidado de Mustafá estuviera al cargo de Cerem, aún si cometió el error de ser soberbia me temo que no puede ser separada del príncipe sin el permiso de nuestro Sultán.
—¿Acaso estás cuestionando mis ordenes? —el Pasha lo negó rápidamente.
—No me atrevo a contradecirla, pero como Pasha a cargo del Palacio debo hacer cumplir la palabra del Sultán.
Hatice frunció el ceño descontenta, el hombre le había pedido mantenerse al margen de la situación, pero las constantes atenciones del Pasha hacía la concubina hizo que su sangre hirviera en cólera, aún más ante su inminente matrimonio con Mehmet Sharovi, un hombre que pecaba de ser soso y moldeable.
Ella era quien sufría ante un matrimonio son amor, era ella a quien el hombre había dejado de ver, pero al final era la concubina quien recibía todas las atenciones, aún cuando su vida no era ni mínimamente miserable... Merecía lo que le ocurría, merecía ser separada de Mustafá o eso quiso pensar.
—Sevgili hassas ve masum çocuk, ben hala buradayım, korkmana gerek yok~ —tarareó viendo al niño en sus brazos— mi sol, nada puedo hacer por ti, solo darte un buen vivir y al cielo rogar...
Ibrahim miraba atento la escena desde la puerta, la mirada en los ojos de Cerem era de total preocupación, sus pupilas apagadas volvían a ser acompañados por las grandes ojeras y la piel enfermiza. La constante amenaza de Hatice, la mirada acusadora de Hürrem y el peligro que significaba estar en el palacio sin tener poder habían hecho que dormir fuera un lujo que ella no podía alcanzar.
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El Sultan - Mi Leon
Fanfiction-Lo lamento mi Sultan, pero... No hay nada que pueda hacer. -¡¿Que me estas diciendo? Hurrem cerró los ojos resignada e impactada ante las palabras que anunciaban la muerte de una de sus mayores enemigas. -Que Allah reciba a Mahidevran en su reino.